Parece que nada detiene a Max Verstappen en su camino al bicampeonato. Tras el triunfo en su casa en el Gran Premio de Países Bajos, aumentó su ventaja sobre Charles Leclerc a 109 puntos y podría consagrarse campeón en un puñado de carreras. Pero además del rendimiento del RB18 y del piloto neerlandés, hay una mujer clave en todo el proceso.

Hannah Schmitz es la jefa de estrategia del equipo Red Bull y, casi desde las sombras y el anonimato, es el cerebro que planea cada aspecto de las carreras que llevó a Verstappen y a la escudería austríaca a subirse a lo más alto del Campeonato Mundial, tanto de pilotos como de constructores.

Schmitz nació en Inglaterra, tiene 37 años y es ingeniera mecánica. En 2009 llegó a Red Bull, con sede en Milton Keynes, ciudad cercana a Londres, gracias a una pasantía y allí comenzó su carrera en la Fórmula 1. Primero lo hizo en dinámica de autos, pero poco tiempo después pasó al sector de estrategia, departamento que la hizo involucrarse plenamente en cada Gran Premio.

“Desde chica siempre fui fanática de la Fórmula 1, de Michael Schumacher. Por eso sentí que realmente quería una conexión más directa con las carreras y surgió el cambio de sector que me hizo llegar al pitwall. Fue un proceso complejo dado que no hay muchas mujeres en este sector”, comentó Schmitz.

Hannah realiza sus labores en cada Gran Premio desde el pitwall (sector al lado de boxes donde los jefes de equipo monitorean cada aspecto de la carrera) o directamente desde el cuartel general en Milton Keynes, donde tiene conexión directa con el resto del equipo y puede hacer llegar las órdenes inmediatamente. El puesto de Schmitz requiere decisiones rápidas constantes, por lo que tiene que haber una confianza plena en cada cosa que ella decida, ya que es ella la que tiene la última palabra sobre cada paso a seguir en una carrera.

“Como estratega tengo la responsabilidad de decirle a muchas personas qué hacer y tienen que escucharte, por lo que se debe construir un lazo de confianza y creo que, como mujer, desafortunadamente fue lo más complicado. Ahora tengo el respeto y espero que otras mujeres jóvenes que quieran entrar en el deporte vean que pueden hacerlo, que las van a aceptar y así veremos más diversidad”, analizó.

Su primer acierto pleno fue en el Gran Premio de Brasil de 2019, en el que su decisión de hacer parar a Max en la vuelta 44 contra todo pronóstico a riesgo de perder el liderato de la carrera, le terminó valiendo el triunfo al neerlandés, ya que Hannah había calculado con extrema precisión los segundos de margen que tenía el equipo para actuar. Y así fue que ella subió al podio para recibir el trofeo asignado al equipo.

Esta temporada también fue clave en el Gran Premio de Hungría, donde cambió a último momento el compuesto inicial y decidió comenzar con neumáticos blandos, lo que finalmente provocó que se administraran mejor las paradas en boxes y Max pudiera ganar. Por último, ayer en Zandvoort, mostró una mente fría desde el pitwall para afrontar los dos Safety Car que hubo en la carrera y mandar a boxes a Verstappen a tiempo para que pudiera contrarrestar a los Mercedes, lo que valió un nuevo triunfo del campeón del mundo.