Si bien el Gran Premio de Estados Unidos no fue de las carreras más emotivas del año a nivel de conducción, como lo fue el Gran Premio de Rusia, sí dejó una muestra de que la tensión y la incertidumbre están a flor de piel a la hora de darse una carrera puramente estratégica que se define en los boxes.

En el Circuito de las Américas, durante la carrera del domingo pasado, sucedió eso. Si bien Max Verstappen logró la pole position, Lewis Hamilton le arrebató el liderazgo en la primera curva. Pero el Red Bull mostró ser un coche al cual es difícil dejar atrás y, en en la primera parada en los pits recuperó la ventaja en la carrera.

Así, tras otra parada para cambiar neumáticos bien planeada, el neerlandés logró una victoria clave en un circuito que, en la previa, se veía como uno de los más favorables para Mercedes, donde la escudería alemana buscaba obtener un triunfo.

En eso estuvo de acuerdo Hamilton, post carrera, que admitió la superioridad de los austríacos en pista: “Hemos dado todo lo que teníamos, simplemente fueron más rápidos que nosotros este fin de semana. Por la razón que sea, ellos tenían una parte trasera mejor, deslizaban menos que nosotros“, declaró el británico.

Lo mismo declaró Toto Wolff, cabeza del equipo Mercedes y uno de los responsables directos del dominio de la escudería en los últimos años: “No sé qué podríamos haber hecho distinto, el equipo ha hecho el mejor trabajo posible, fue lo mejor que teníamos”, expresó.

Para colmo, ahora se vienen dos carreras que, en los papeles, son favorables a Red Bull. Tanto México como Brasil tienen un trazado en el que los coches de Verstappen y Sergio Pérez transitan mucho más fluido debido a su configuración. Habrá que ver si se confirma ese dominio, o esta vez el batacazo lo da Mercedes.