Fue una de las imágenes de la jornada. Al salir del vehículo, no dejó de tomarse la espalda con evidentes signos de dolor. Si bien tuvo el consuelo de hacer una gran carrera y de ser elegido el Piloto del Día tras finalizar en cuarta posición, su carrera su un “auténtico calvario” por los problemas de rebote que tuvo su Mercedes.

Si, se trata de Lewis Hamilton, que durante su decimoséptima temporada y tras casi trescientos Grandes Premios, calificó a la carrera en Bakú como la peor carrera de su vida. Todo debido al ya constante efecto suelo que produce un rebote en el andar del monoplaza, sobre todo durante las rectas.

“Fue la peor carrera de mi vida, la más dolorosa. Al final solo estaba rezando para que terminara. Pero estábamos en una posición tan buena, tercero y cuarto, que era un gran resultado para el equipo. Así que hice el esfuerzo”, declaró post carrera el británico.

Es que el “porpoising”, una de las características del cambio de reglamento, afecta en mayor medida al Mercedes. Y Bakú tiene tramos muy veloces con largas rectas que evidenciaron los inconvenientes del monoplaza de la escudería alemana, por lo que a mitad de carrera, Hamilton ya estaba acusando dolores fuertes de espalda.

Desde la llegada a Azerbaiyán y los primeros entrenamientos que Lewis tuvo el mismo problema: “Es un fenómeno que no podemos entender. El viernes tuvimos tantos toques de fondo que no pude terminar mis tandas largas porque mi espalda estaba hecha un verdadero desastre. El sábado por la mañana todavía me dolía bastante. Y hoy, no hacía más que morder los dientes debido al dolor. No quiero tener ese rebote de nuevo”, comentó el británico.

Si bien al Gran Premio de España Mercedes llevó un paquete de actualizaciones que insinuaron una clara mejoría para corregir el rebote (de hecho Hamilton finalizó quinto tras una remontada desde los últimos puestos), volvió a aparecer en Mónaco y tuvo su peor cara en Bakú. El mismo Toto Wolff, director de la escudería, se disculpó nuevamente con su piloto por radio tras la bandera a cuadros.

Incluso, Wolff no descartó que el caótico fin de semana produzca que Hamilton tenga que tener una carrera de descanso y se pierda el Gran Premio de Canadá, lugar de la próxima fecha del calendario. “Definitivamente, podría pasar. Todavía no lo hablé con él, pero se puede ver que esto ya no es un problema de los músculos. Eso se centra en la columna vertebral y puede tener algunas consecuencias más serias”, anunció.

Si bien el efecto se encuentra en ambos Mercedes, la configuración del monoplaza de Hamilton produce un rebote mucho mayor que en el de George Russell, que se subió al podio y es el único piloto de la parrilla en acabar entre los primeros cinco en todas las carreras disputadas. Además, cabe destacar que Hamilton ya tiene 37 años y el físico le pasa más factura que a su compañero de apenas 24.