Your browser doesn’t support HTML5 audio

Rolls-Royce sigue trabajando en el Spectre, el coche que será su primer eléctrico y que está siendo sometido a pruebas en condiciones extremas para acondicionarlo de la mejor manera posible antes de sacarlo al mercado.

En los últimos días se vivió una nueva prueba para el Spectre. El coche fue sometido a las condiciones extremas de calor en dos lugares de Sudáfrica y ya tiene casi dos millones de kilómetros completados al llegar a la tercera fase del programa de pruebas más riguroso que realizó la marca en 118 años de historia.

¿Cómo es el plan de Rolls-Royce con el Spectre?

La tercera fase del programa se realizó con pruebas en el calor extremo de Augrabies y Franschboek. Sus climas estables y contrastados, que en los días más calurosos pueden alcanzar los 50°, además de contar con carreteras sinuosas repletas de grava, polvo y suciedad, condiciones muy duras para cualquier coche.

Los ingenieros de Rolls-Royce analizan y perfeccionan los sistemas, elementos de hardware y protocolos de software. Así intentan alcanzar las exigencias de refinamiento y buscan trasladar con éxito el característico “Magic Carpet Ride” de la marca a pesar de ser su primer coche totalmente eléctrico.

Los ingenieros de Rolls-Royce ya habían realizado pruebas invernales a solo 50 kilómetros del Círculo Polar Ártico, con temperaturas que promediaban entre -25° C y -40° C, en Arjeplog, Suecia.

En esta oportunidad los ingenieros buscan encontrar el equilibrio perfecto entre los extremos del clima y cuando se completen los resultados que surgan de la investigación en Sudáfrica, el programa habrá alcanzado el 80% de su totalidad.

Luego comenzará el proceso final con el “programa de ratificación”, que buscará volver a controlar los resultados en Suecia y Sudáfrica, tras realizar los ajustes pertinentes. Serán los últimos 500.000 kilómetros antes de ver el análisis del estilo de vida, ese que permitirá saber si el coche eléctrico está preparado para cubrir las necesidades de las personas que pueden tener acceso a un lujo de Rolls-Royce.