Cuando uno escucha el nombre de Peter O’Brien se piensa en un pelotero estadounidense, con apellido irlandés, al cual habrá que preguntarle en inglés. Todo cambiar cuando te topas con él y en perfecto español, con acento cubano, te dice “¡claro que sí, no hay problema!”.

Entonces surge la pregunta “‘¿cómo hablas también el español?”. Se alisa el cabello y tranquilamente confiesa su historia. “Mi mamá es cubana”, explica. “Así que cuando nací ella me hablaba en español. También mi abuela (materna) iba mucho a la casa y habla en español. Así que ese es mi lengua materna, mi primer idioma. Claro, cuando llegaba mi papá yo hablaba en inglés con él. Así que crecí completamente bilingüe“.

O’Brien también habla el idioma del beisbol. En Lidom ha sido un asesino con su bate. Tanto así que en la 20019-2020 fue el Jugador Más Valioso del Circuito, luego de sacar nueve jonrones y remolcar 35 carreras.

“Estoy muy contento de estar aquí”, dice. “Vengo ayuda al equipo y poder ganar”, dice a modo de protocolo.

Es lo que todo importado debe decir para sentirse aceptado por la fanaticada de un equipo. Pero no es solo eso. Es su conocimiento de la cultura antillana lo que más lo ha ayudado a adaptarse a esta liga y sentirse como en casa.

Me encanta la comida dominicana“, explica. “Tú me das a mí un arroz, frijoles y unos tostones y estoy bien. Y ni hablar del mofongo. Me fascina”.

Sobre la comida callejera se declara amante de la “empanada de queso, espinaca. Todo eso me gusta“.

Y es que contar con un importado así es una ganga. No necesitas preocuparte de él, ya que se siente como en casa. Ya repondió en el primer juego con jonrón.