Los Tigres del Licey no se cansan de agregar talento al roster general. Pues ahora anuncian que Mel Rojas Jr. y Oneil Cruz, entre otros, ya estarán disponibles para ser utilizados por el mánager José Offerman.

Rojas Jr se estrenó el lunes contra las Estrellas y se fue de 2-0. “Yo estoy listo desde hace tiempo y estoy dispuesto a ayudar al equipo donde sea necesario”, contó Rojas. Ahora los Tigres esperan que su bate se haga sentir. Tiene cómo hacerlo. Viene de jugar este año en el Asia.

En 2017 emprendió su viaje al lejano oriente. Primero jugó en la liga coreana, con el KT Wiz. Allí estuvo entre 2017 y 2020. Luego en 2021 se fue a jugar a Japón con los Tigres de Hanshin.

“Es una cultura diferente”, dice Rojas. “A mí me encantó es cualtura. Acabo de decir que es diferente. No quiere decir que es mejor o peor. Es simplemente otra cultura, algo diferente. “La bulla en los estadios es distinta a la de aquí. Allá son más tradicionales”.

De hecho, no jugaba en Lidom desde la 2016-2017, precisamente cuando le salió el contrato para irse a tierras lejanas. “Ellos vocean y gritan durante los turnos al bate”, precisa. “A cada quien le tienen su canción cuando va a batear. Y tienen tambores, pero es más tradicional el estilo de ellos que el de nosotros”.

Una de las cosas que le gustó a Rojas de la pelota por aquellos lares fue la vieja escuela. “Allá se juega mucho la pelota pequeña, toque de bola, bateo y corrido”.

Es claro cuando habla sobre el uso de la analítica. “Muy pocos, pero muy pocos la utilizan. Ellos no están tan avanzados como lo están en Estados Unidos o nosotros aquí en la República Dominicana”.

Rojas destruyó la liga coreana. En cuatro temporadas dejó una línea ofensiva de .321/.388/.594 con 132 jonrones y 409 empujadas en 511 juegos. A eso hay que agregarle 126 dobles y 350 anotadas.

Entre las estrategias que se utilizaban en el Asia está la del video. “A mí me encanta ver videos del pitcher contrario”, comenta. “Eso te ayuda mucho a la hora de trazar una estrategia en el juego. Sobre todo del abridor, porque te ayuda a establecer un plan de bateo. Y si tú no tienes un plan es muy difícil batear“.

Cuando le preguntas sobre la comida dice que lo único raro que comió fue insectos. “No comí nada extraño, solo insectos. Bichitos, como los llaman ustedes los venezolanos. Eso sabe a tierra”, destaca cuando se le pregunta sobre el estilo de vida de aquellos parajes.

“De hecho me gusta más comer  con palitos chinos que con cubiertos. Y me gusta el arros sin sal, como lo comen ellos, apastao, como le decimos aquí.  Eso era antes que se comía que si perros y gatos. Y no vi eso por allá. En verdad que no”.

Ahora que ya debutó, Rojas tratará de aplicar en Lidom todo lo que ha aprendido en aquellos ignotos parajes. Esperemos.