¿Sabemos que el juego de la pelota y el bate es largo? Si. ¿Qué termina siendo cansón a lo largo de toda una temporada? Si. ¿Qué en las ligas más grandes del mundo como la Major League Baseball de Estados Unidos se busca como hacerlo más corto? También lo sabemos.

Cada partido de la cursante campaña 2021-22 de la Liga Invernal Dominicana ha pasado las 3 horas y 10 o 30 minutos, otros como el encuentro entre Toros del Este y Gigantes del Cibao hasta el pasado 5 de noviembre hasta más de 4 horas, mismo efecto el pasado 21 de noviembre cuando Tigres del Licey y Gigantes se enfrentaron durante 4 horas y 2 minutos.

Es un efecto que termina en el cansancio en busca de disfrutar todo el juego, desde quien va a el estadio hasta quien lo ve a través de la televisión. No solo en Lidom, sino todos los niveles del juego, aunque en nuestra liga al momento no se ha visto la intención de parar esto.

En mi caso ver o escuchar del juego durante más de 3 horas o hasta 4, es un tiempo que muchas veces aprovecho en las primeras entradas para hacer tareas o cualquier otra pendiente que tenga en la casa, equilibrando desde no esclavizarme tanto rato al televisor y al mismo tiempo adelantar otras cosas de la vida diaria.

Lo largo de un juego tiene varias vertientes, incluida en gran escala el cambio de lanzadores. Esto es lo que hace más que largos los encuentros en Lidom, tras la poca cantidad de entradas que percibe el pitcheo abridor de la liga a comparación con los relevistas.

Por ejemplo, el pitcheo abridor de Águilas Cibaeñas ha lanzado 76 IP, contrario a 99 de su relevo. El pitcheo abridor de el Licey se combina para 77 IP, mientras 109 del relevo; los Leones han victo accionar en 71,33 IP a sus abridores, mientras 101 IP de su relevo; los Toros con 72,33 IP de sus lanzadores abridores y 101,66 de sus relevistas.

Fuera de estos cuatro novenes, ocurre un factor inverso como son las Estrellas Orientales, dependiendo aún mas de su pitcheo abridor que el de relevo. Los paquidermos han visto 90,67 IP de sus abridores, mientras 85,33 por parte del relevo. Un factor parecido ocurre en torno a los Gigantes del Cibao, teniendo 90,67 IP de sus abridores y 94,33 IP por parte de sus relevistas.

Pero encima de lo largooo que se convierte un juego, también hay que aguantar molestosas y agobiantes publicidad en todo el transcurso del juego. Desde promocionar una marca cuando llega un nuevo bateador a la caja de bateadores o un lanzador a la lomita, desde publicidad entre pitcheos y pitcheos, publicidad al conectar un hit, publicidad al conectar un elevado y publicidad hasta cuando se revisa una jugada.

Se supone que lo que se le vende al público antes que cualquier otra cosa es el espectáculo del juego, aunque el insaciable nivel de publicidad termina en que hasta sin darse cuenta se baile y memorice cada slogan de promoción de cada patrocinador. El patrocinador antes que el fanático, ¿Qué se busca entonces vender?