Culturalmente e históricamente, los Tigres del Licey son la franquicia más rica de la pelota de invierno dominicana y esto no debe ameritar discusión. Son el conjunto de mayor arrastre de público de la LIDOM y el más ganador de todo el caribe en la sumatoria de títulos nacionales y de Series del Caribe.

Sin embargo, en los cursos recientes la franquicia ha sido marca negativamente por movimientos muy posiblemente mal hechos por parte de la gerencia, que sin importar la cabeza de esta, el resultado se repite: Todo lo que cede el Licey se convierte en oro para el que recibe la pieza azul. En la década antepasada podemos ver como los Tigres cedieron a Wilkin Castillo en mayo de 2008 y luego este se convirtió en el capitán de los Leones del Escogido y baluarte del éxito reciente de los melenudos.

En agosto de 2014, El Glorioso envió a Jordany Valdespín hacia las Estrellas Orientales, quien luego de mostrar su nivel como refuerzo rojo, encontró su punto estrella en el Este logrando el Jugador Más Valioso en la temporada 2018-2019 ya con el uniforme de los Toros del Este. Así mismo, unos años más hacia adelante, el palo otra vez fue dado por los escarlata, consiguiendo en septiembre de 2015 en cambio a Ronny Paulino, un receptor y posterior bate designado por los Leones que dio mucha agua a beber, pasando de un .246 de promedio de bateo (desde 2011 hasta el cambio, en todas las fases) a un .285 (en todas las fases) tras el canje. Destacar que Paulino llegó a los Tigres vía cambio en 2008 proveniente de los Azucareros/Toros del Este, en un movimiento que envió a Ricardo Nanita hacia La Romana. El Nani solo hizo salir de el Licey y se convirtió en una estrella que además fue galardonado dos veces como el Guante de Oro de su posición en los jardines.

Si se sigue más para adelante, sin dudas que los del lado rojo del Juan Marichal saben cómo quitarle oro a los azules, puesto que también recibieron en canje desde el Licey a Ruben Sosa, Jr., el cual acabó siendo MVP de la temporada regular de 2016-2017, es decir en la misma campaña de su cambio, ya que fue enviado al Escogido en mayo de 2016, aquella zafra MVP suya comenzó en octubre.

En la actualidad, se puede bien mencionar el caso de Yamaico Navarro, Juan Francisco, Engel Beltré y otros. En el caso de Navarro, en su última temporada con Tigres apenas colocó un promedio de bateo de .213 con un jonrón y ocho producidas en 36 partidos, saltando a un .273, 5 vuelacercas y 18 impulsadas en 34 partidos en su primera oportunidad con los anaranjados. En la actualidad, en su carrera con los de La Romana, su línea ofensiva es .293/.395/.421/.816, logrando además un título de bateo y un guante de oro.

De caballo azul a caballo gigante, los azules habían dado el palo cuando adquirieron el probable más temible bateador de todos los tiempos en 2011, pero para 2020 entendieron que ya Francisco no tenía gasolina y la vida les sorprendió, en su año de regreso a los Gigantes del Cibao, el corpulento toletero quedó líder de HR, RBI & BBI, en la actualidad va líder de RBI de este torneo 2021-2022. Al parecer, le quedaba no gasolina, sino toda una petrolera.

En cuanto a Beltré, este fue otro gran cambio que la gerencia luego desperdició o ejecutó la “transición” erróneamente. Beltré llegó al Licey en mayo de 2010 y estuvo con estos hasta la temporada 2019-2020. Bateando apenas .200 en sus últimas dos campañas con los Tigres, pero ahora en la actual .464 en su primer torneo con… (no lo van a creer pero sí).. los Leones del Escogido (dejemos esto aquí).

Rendimiento adquiridos vs cedidos desde 2008

  • Tigres del Licey se posiciona en el cuarto puesto en jugadores adquiridos en cambios en base a wRC (Carreras Ponderadas Creadas) con 697.65.
  • Mientras, jugadores que han cedido desde 2008 son los segundos en wRC agregadas a sus nuevos equipos (1,120.47).
  • De lanzadores adquiridos han recibido un total de 568,67 IP, para el segundo puesto en dicho lapso.
  • Mientras, replicando el segundo puesto de mayor IP de lanzadores que han cedido (598,67)

(Datos rendimiento adquiridos vs cedidos vía Carlos Moreta).

¡Extra, extra! Por ahí se supo que una insignia azul estuvo casi en cambio para las Estrellas Orientales, pero alguien con voz (pero sin voto) pudo detener el cambio. La historia por el momento se queda como el casi cambio que iba a sacudir la liga y claro, que se iba a sumar a la lista de desaciertos de la gerencia desatinada.

¿Les viene la cabeza otro cambio fallido del Licey?

La maldición de la gerencia mostrenca: Todo lo el Licey cede se convierte en oro. No lo decimos nosotros, lo dicen los hechos. A veces uno no quiere creer en “sal” y luego suceden estas cosas. Nos vemos más tarde.

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