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Elly De La Cruz no va más. No juega más. El Licey no había querido decir nada, pero ya es un hecho. Él mismo lo dijo. El pelotero, quien fue colocado en el roster de 40 de los Rojos de Cincinnati, recibió la llamada de su equipo y le sugirieron descanso.

Supuestamente, la oficina azul iba a llamar a los escarlatas el jueves, para ver si extendían el permiso de “La Cocoa”, pero le dijeron que no, que se olvidara eso. Hay mucho potencial en ese bate, hay mucho con qué soñar en Cincinnati.

El joven infielder dejar a los Tigres en un momento crucial, cuando les quedan muchas carteleras dobles y juegos que pueden ser definitorioso. Pero esto es el invierno y hay una realidad inexpugnable: “esta es una fiesta con músicos prestados”. Los dueños del circo son los 30 equipo de MLB. Ellos ponen los cuatos, ellos mandan.

De La Cruz estuvo presente en 24 juegos, en los que consumió 84 veces la bate y conectó 23 hits. Su línea ofensiva fue de .274/.386/.405. Entre los hits se le cuentan cuatro dobles, dos triples y un jonrón, debutando en la temporada y por los 411 del Quisqueya.

Fue un líder, a pesar de su corta edad. Su impacto fue real y verdadero. Y se ganó el corazón del público. Cada vez que él bateaba una ensordecedora ovación se escuchaba en las tribunas. Nadie puede negar la entrega del pelotero.

El futuro del Licey sin De La Cruz

Hay abundancia de infielders dentro de la tropa azul. El viernes vimos a Pablo Reyes tomar turnos al bate. Sergio Alcántara tiene ya dos semana jugando, está próximo a estrenarse Oneil Cruz.

Con tantas opciones no parece lógico vaticina un bajón en el accionar tanto ofensivo como defensivo de los azules. Más bien, ahora puede haber una mayor estabilidad en el infield con Alcántara como dueño del campo corto y Ronny Mauricio en el segundo cojín.

Hay que esperar. José Offerman siempre ha dicho que él hace el lineup con los que están y no con los que él quisiera que estuvieran. Licey este año tiene profundidad. Eso es un hecho.

Claro, no es fácil sustituir alguien como De La Cruz. Sobre todo por lo que aporta fuera del terreno de juego. Pero, su futuro en el norte es promisorio y nadie quiere se le tronche.