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Los Gigantes del Cibao le quitaron la ilusión a los pocos aficionados que durante 3 horas y 24 minutos, más 56 minutos de suspensión por causa de la lluvia, se acercaron hasta el estadio Quisqueya Juan Marichal. Era el último juego de la temporada para los Leones del Escogido y ellos querían despedirse con un triunfo.

De hecho, hicieron dos tempranito en el juego. Y llegaron a la noveno inning con la esa ventaja. Pero el pitcheo de relevo se descontroló, otorgó cinco bases por bolas, y los Gigantes voltearon el partido para vencer 4-2 a domicilio a los melenudos de la capital.

Fue una lástima que Brent Honeywell haya perdido una salida tan buena como la que tuvo este viernes en el coso de La Tiradentes. El estadounidenses soltó 5.0 entradas en las que aisló solo tres imparables, pasó a cuatro por las armas y otorgó un boleto, pero salió sin decisión.

El parque capitalino estaba prácticamente vacío, pero poco a poco fue llegando gente. Por esas cosas de LIDOM nunca se sabe cuál es la asistencia a un estadio, pero la de este viernes fue exigua. Los que estaban desde el mismo primer inning vieron anotar la primera de los dueños de casa en las piernas de Otto López, quien anotó gracias a doblete de Franchy Cordero, frente al abridor Richelson Peña, quien se fue sin decisión.

En el tercer episodio, también ante Peña, Jimmy Paredes pegó cuadrangular solitario por el bosque derecho para colocar el juego 2-0, ventaja que los escarlatas mantuvieron casi hasta el final del partido. Fue allí cuando todo se desmoronó.

En el noveno, Steven Cruz subió a la lomita, quien retiró a un bateador, pero boleó a otros dos. Le dieron la bola a Jimmy Cordero, que otorgó boleto a Moisés Sierra para llenar las almohadillas. Un sencillo de Luis Liberato al central trajo la primera de los cibaeños, que anotaron dos más por otro hit de Carlos Paulino a la misma zona. Cordero otorgó otra base por bolas a Melvin Mercedes para volver a llenar los sacos, y un boleto más a Riley Unroe, esta vez por parte de Aneurys Zabala que entró lanzar, produjo la cuarta de los visitantes. 

Fernando Rodney (1-0)  fue el lanzador ganador al tirar el octavo en blanco. El revés fue para Cordero (0-1), que permitió dos de las cuatro rayitas, sin sacar un out. El salvamento fue para Enrique Burgos (1) al tirar el noveno en blanco.

Así fue el juego, un ilusión hasta el último inning, cuando nuevamente llegó “algo” que falló. Es tiempo para el Escogido de reflexionar, buscar las causas de esta mala temporada, replegarse, reagruparse, hacer los movimientos necesarios a ver si vuelven a ser los “Duros de Matar”.