Momentos de tensión se viven en el fútbol español. El Gobierno del país ibérico se propuso modificar la Ley de Deportes con varios puntos que, según los equipos que conforman LaLiga, perjudica enormemente a las instituciones. Por lo tanto, en caso de no llegar a un acuerdo, se plantean frenar las actividades tanto en la Primera como en la Segunda categoría española.

Entre los focos de conflicto, se encuentra la infame Superliga europea, que aún está en tratativas entre los principales equipos europeos y que la misma UEFA ha amenazado con sanciones a los equipos de la liga local que participen en dicha competición. Los equipos de LaLiga (a excepción de Real Madrid y Barcelona) solicitaban medidas similares a las pactadas entre la Premier y el gobierno británico.

La intención era establecer que los clubes participantes en competiciones no reconocidas por instituciones como la RFEF, UEFA y FIFA, como es la Superliga de Florentino, no puedan a su vez participar en la Primera División. Es decir, dejar a los blancos y azulgrana sin licencia federativa para jugar en España si llegaran a disputar dicho torneo. Los clubes de LaLiga entienden que su creación pone en peligro las ligas nacionales, aunque Real Madrid y Barcelona aseguran que no es así y podrían convivir.

A raíz de esto, existe una gran preocupación en los clubes en este punto ya que consideran que sus ingresos podrían estar en peligro. Se pretendía que la nueva Ley reconociese la potestad de LaLiga en la comercialización de los derechos de TV, que fue autorizado en un Real Decreto Ley en 2015. De esta forma, LaLiga entiende que si no se lleva a cabo esto, los ingresos de televisión y contratos firmados en el resto del mundo de aquí a cincuenta años podrían no estar asegurados.

Por último, en una tercera enmienda los clubes piden mantener una exigencia a las Federaciones que sería retirada con la nueva redacción. Consiste en que cada vez que la RFEF haga un cambio estatutario que afecte a LaLiga, se requiera un informe previo y favorable de los clubes para que el CSD dé el visto bueno. La retirada de este artículo preocupa por la continua falta de entendimiento entre Javier Tebas (presidente de LaLiga) y Luis Rubiales (presidente de la Federación).