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Tener a campeones del mundo en el plantel es algo por lo que cualquier club se pondria orgulloso. Aún cuando dichos jugadores no representen al país de la institución, otorga mucho prestigio que miembros del equipo hayan logrado el máximo trofeo que puede aspirar un jugador. Pero a veces hay excepciones.

En el reinicio de LaLiga, Atlético de Madrid recibía a Elche por la Jornada 15 de la competencia. Por eso mismo, el club aprovecho la ocasión para homenajear a los jugadores que obtuvieron medallas en el pasado Mundial de Qstar 2022. Si bien para los hinchas podía ser un motivo de aplausos, no todos pensaron igual.

Primero fue el turno de Ivo Grbic, ganador del tercer puesto con Croacia y de Antoine Griezmann, subcampeón con Francia quienes fueron aplaudidos por los miles de hinchas en em Estadio Metropolitano. Pero luego fue el turno de los tres argentinos del plantel que ganaron el trofeo y la reacción cambió.

Rodrigo De Paul, Nahuel Molina y Ángel Correa pisaron el cesped del estadio con sus medallas de campeón colgadas del cuello y saludando a sus fanáticos, pero a diferdncia del recibimiento a los otros jugadores, se pudieron escuchar ruidosos chiflidos y abucheos por parte de los hinchas colchoneros.

El hecho fue de lo más destacado de la jornada, ya que el Atlético volvió a quedar en deuds con el juego, aún habiendole ganado 2-0 al Elche, el último de la tabla. Los tantos de Joao Felix y Mascarell en contra le dieron un respiro al equipo de Madrid que con ese resultado quedó en tercer lugar en puestos de Champions.

“Yo creo que el entrenador es el que está fallando más que otras cosas. Cuatro de nuestros futbolistas llegaron a la final del Mundial y tres de ellos jugaron muchísimo tiempo (por Griezmann, De Paul y Molina). Tenemos jugadores importantes y soy yo el que tengo que mejorar para que ellos puedan elevar su nivel en la Liga”, había dicho Simeone en la conferencia previa al partido