El Barça se salvó amedias porque no logró ganar (una vez más), gracias a un gol del uruguayo Ronald Araujo, para rescatar un punto in extremis que deja muy ‘tocado’ a Koeman. El uruguayo empató de cabeza en el minuto 90 en su cuarto intento: el meta Maximiano, lo mejorcito del Granada pese a sus constantes pérdidas de tiempo, le había detenido un primer cabezazo impecable en el primer tiempo y Ronald había rematado fuera otros dos.

El conjunto barcelonista volvió a pinchar ante el nazarí, que después de veinticinco partidos perdidos en el Camp Nou, de repente ha ganado una y ha empatado otra de sus dos últimas visitas.

La de la temporada pasada le costó el título al Barça; la de la jornada 5 de LaLiga 2020-21 puede suponer el estallido de una tormenta cuyo alcance se determinará a lo largo de los próximos días, aunque el gol de Araujo, a pase de Gavi, apaciguó un poco la virulencia del temporal. Y no es que el Barça no lo intentase.

Atacó y atacó, encerró al Granada, chutó al palo, pero con casi noventa minutos por delante después del gol de Domingos Duarte no fue capaz de romper el muro que dispuso Robert Moreno. Todo el botín fue un insuficiente punto.

No habían transcurrido ni dos minutos cuando el Granada puso patas arriba el partido en su primer zarpazo, en un córner generado en una internada del venezolano Machís, un peligro constante para un Dest intenso y voluntarioso que en defensa sufrió contra el delantero más peligroso de los visitantes.

Escudero, el lateral zurdo centró con pobre oposición de Busquets , tras un mal rechace de Dest y y remató de cabeza a gol Duarte, que ganó en el salto a un Frenkie de Jong que todavía está preguntándose por dónde saltó el central. Hubo un segundo aviso con el Barça aún en pleno calentamiento: Jorge Molina remató alto con el pie un centro, una vez más, de Machís.

Como parte de la reacción de Koeman, Piqué entró para jugar arriba. Luuk de Jong remató fuera un córner lanzado por Memphis a dos palmos de la línea de gol y tras ganar la posición a Luis Milla. Para eso se le fichó, pero en la primera clara que tuvo la falló. Remató mejor Araujo casi inmediatamente, pero el meta Maximiano cazó el balón. Un aviso de lo que iba a venir.

En el desorden final, el uruguayo vio tarjeta en una acción en la que pidió penalti y, finalmente, remató a gol un centro medido del joven Gavi, con lo que encendió el Camp Nou en busca de una remontada final.