En medio de la montaña rusa que ha sido la actual temporada para el FC Barcelona el poder finiquitar ciertas renovaciones claves para ese futuro de éxito que se le augura al club catalán visto el talento que atesora se había convertido también en un fuerte dolor de cabeza. La del central uruguayo Ronald Araujo no ha sido menos compleja, pero finalmente se llegó al acuerdo esperado por ambas partes, aunque desde fuera de España las ofertas económicas tentaban a que el camino sería diferente.

Para tranquilidad de la parcela blaugrana, del entrenador, del presidente y la dirección deportiva el charrúa y sus agentes han comprendido la situación económica de la entidad, una realidad tan palpable como enrevesada para resolver de manera inmediata. Era urgente seguir contando con el sudamericano para el proyecto a mediano y largo plazo porque sin caer en lo absoluto, sus prestaciones en el césped confirman cada jornada que es el mejor defensor con el cuenta Xavi, siempre respetando a Gerard Piqué, a quien le resta poco en el verde, pero que mantiene una calidad incuestionable.

Ronald posee esas características que en el mercado de centrales se buscan cada verano y que al Barcelona sólo le costaron casi cinco millones de euros si se suman las variables pagadas a Boston River. Quizás Peñarol se sienta arrepentido de haberle rechazado, sobre todo porque pudieron traspasarle por una cantidad mayor. Claro, esta es otra historia y la real es que Araujo no permanecerá en la Ciudad Condal al menos hasta 2026.

El zaguero de 1.91m comenzó a vestir la camiseta blaugrana en la temporada 2018-2019 cuando firmó por el filial culé para en teoría desarrollara a sus 19 años las herramientas que le habían visto Pep Segura y Eric Abidal. Se afianzó rápido en el Barça B como indiscutible, rotándose a su alrededor el resto de centrales del equipo, muestra de que la apuesta parecía no ser errada. Fueron dos campañas con el segundo conjunto azulgrana en las que su liderazgo se hizo sentir en la plantilla principal con la que tuvo contacto ya no sólo en entrenamientos, sino que además de convocatorias, llegarían también las oportunidades.

Es cierto que su debut no fue el esperado pues entró pasado el minuto 70 y no duró ni diez minutos en la cancha tras ser expulsado en una acción polémica con el delantero sevillista Javier Hernández. Ahora, como digno heredero de la garra charrúa no se amilanó y el presente es más que tajante con Araujo al colocarle como indiscutible, primero para Kooeman; quien apostó por él, luego para Xavi, técnico que le ha dado otras responsabilidades en la defensa para tapar las carencias visibles del club catalán.

Veloz al corte, sólido en el uno contra uno, casi infranqueable en las alturas, Ronald se esfuerza cada día para apartar esos comentarios acerca de su “discreta” salida de balón, eso sí se valora como tal acorde al famoso ADN blaugrana. Eso sí, algunos temores con varias lesiones que ha padecido en este período en Can Barça, problemas físicos que no le han apartado de manera excesiva, pero que también será algo a tener en cuenta para el resto de su contrato.