El Atlético Madrid sacó otra vez la victoria a última hora. La épica pero también el talento y la variedad que despliega su plantel dieron la vuelta a una situación complicada, límite, ante el Espanyol (1-2), en el último de los diez minutos que el árbitro fijó como añadido.

No estaba ya Antoine Griezmann en el campo cuando el equipo rojiblanco remontó. El francés regresó a Barcelona, de donde se marchó, pero al RCDE Stadium para su reestreno como Atlético. No brilló.

Tras el gol de Raúl de Tomás al borde del descanso el campeón espabiló. Diego Simeone agitó el banquillo. Thomas Lemar, Geoffrey Kondogbia y Lodi aparecieron tras el intermedio sin esperar más. Después Joao Félix y el brasileño Matheus Cunha. El cambio de cara fue radical.

“Cinco futbolistas que entraron del banquillo cambiaron el partido. Esto es lo que determnará si somos un gran equipo o no”, dijo Simeone tras el duelo.

Yannick Ferreira Carrasco atinó a empatar en el 79 y veinte después, en el 99, fue Lemar el que amarró el triunfo.

En dos jornadas el campeón ha rescatado tres puntos. Salvó uno contra el Villarreal, con el que consiguió el empate. Dos más ante el Espanyol. De la igualada al triunfo agónico.