Mientras el mundo comenzó el día con la invasión militar de Rusia a Ucrania y se busca resolver el conflicto de manera diplomática, la tensión crece y el deporte también se ve afectado en dichos territorios. Por ejemplo, la Liga de Fútbol ucraniana tuvo que suspenderse y hasta la programación de la final de la Champions League comienza a verse como un problema.

El Estadio Krestovski, de la ciudad rusa de San Petersburgo, había sido elegido para albergar la Final de la Champions League de la presente temporada, a disputarse el 28 de mayo de este año. Pero con el conflicto armado apenas comenzado, dicho encuentro está en duda.

Así lo expresaron numerosas federaciones y gobiernos, como el Primer Ministro británico, Boris Johnson que fue contundente: “No hay ninguna posibilidad de celebrar torneos de fútbol o de cualquier deporte en una Rusia que invade países soberanos”Habrá que esperar ahora algún mensaje por parte de la UEFA, entidad que rige el certamen, para saber si se cambiará la sede o si se mantendrá pese a la delicada situación que se vive en estos momentos.

La presión hacia la UEFA y FIFA no pasará desapercibida para ambas entidades, que ya comunicaron su postura respecto al conflicto sin dar muchos detalles: “Con respecto a la final de la UEFA Champions League de 2022 en San Petersburgo, nos gustaría informarle que la UEFA está monitoreando de cerca la situación de manera constante y que cualquier decisión se tomará a su debido tiempo si es necesario. La UEFA no tiene más comentarios que hacer en este momento”, dijo un portavoz de la UEFA

Vladimir Putin reconoció el lunes la independencia de las convulsas regiones de Donetsk y Lugansk y ordenó horas después la entrada de las Fuerzas Armadas rusas en las mismas en el marco de una “misión de mantenimiento de la paz”, unas decisiones criticadas duramente por la mayoría de la comunidad internacional.

El Gobierno ucraniano cifró el lunes en 14.000 los muertos en los ocho años de conflicto en el este del país, antes de agregar que al menos 30.000 personas han resultado heridas, mientras que 1,5 millones se han visto obligadas a huir de sus hogares en Crimea y Donbás para escapar de “la ocupación” rusa del territorio de Ucrania.