A los 34 años, Lionel Messi tenía un desafío inédito en su carrera: sumarse a un nuevo vestuario. Luego de ganar absolutamente todo con el Barcelona, nunca se le había presentado la posibilidad de encarar un obstáculo como ese. Pero todo cambió el 4 de agosto pasado cuando le comunicaron que el club culé no podía renovarle el contraro.

Entonces, Messi encendió la máquina del tiempo. Como en 2001 cuando dejó su Rosario natal para arribar a España, al argentino se le resquebrajó lo que los psicólogos llaman el equilibrio emocional. Se quedó hundido y lo peor para él es que ni siquiera tenía una respuesta.

De tener su propia casa en Barcelona, rodeado de afectos, de su rutina y casi ni tener que pisar el centro de la ciudad mas que para entrenar e ir al club, todo cambió para Messi su familia con la llegada a la capital francesa.

El jugador, su esposa Antonela y sus tres hijos se instalaron en el hotel Le Royal Monceau, que pertenece a Qatar. La puerta del lujoso alojamiento, a 800 metros del Arco de Triunfo, se llena todos los días de paparazis y curiosos. Así, Messi tardaba una hora en llevar a sus niños al colegio, más otra para llegar a la Ciudad Deportiva del PSG. Y, cuando regresaba de entrenar, se pasaba las tardes encerrado en una habitación de hotel.

Luego de dos meses eternos, y tras descartar vivir en el centro de París, Messi y su familia se mudaron al barrio residencial de Neuilly-sur-Seine, donde pudieron alquilar una propiedad que se ajustaba a sus necesidades familiares. Ahora solo faltaba adaptarse a lo deportivo, ya que la Ligue 1 es muy distinta a la LaLiga, donde lo respetaban más. En Francia, hay más golpes, roces y permisividad de los árbitros.

El problema que surgió ahora es la pérdida de la paciencia de la prensa francesa que esperaba un impacto inmediato en los números de Messi en el PSG. Tal es así, que en el último partido ante Real Madrid por Champions League (el club francés venció 1 a 0 sobre la hora y el argentino falló un penal), fue calificado con un puntaje de tres puntos por el periódico L’Equipe, el más prestigioso del país, lo cual generó mucha polémica en el mundo futbolístico.

“Hay algo triste en verlo así. En el primer tiempo, en una posición casi de centrocampista, el argentino estuvo bien pero falló por poco. En el uno contra uno sufrió el impacto atlético. Su segundo período mejoró, pero lastra su palmarés con intentos fallidos o bloqueados, además de su penal errado. Éste Messi es preocupante”, analizaron desde la prensa.

El astro argentino tendrá la oportunidad de volver a conquistar a los analistas del diario en cuestión con un buen desempeño en los partidos que quedan por delante. Mientras que por liga el PSG se enfrentará al Nantes, Saint Etienne y Niza, el nueve de marzo volverá a verse las caras con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.