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Simplemente ha sido un cierre de locura el que se ha 0bservado este jueves en el grupo E de la Copa del Mundo Qatar 2022, donde por supuesto sale a relucir la inesperada eliminación de Alemania a pesar de su victoria 4-2 ante Costa Rica, pero hubo un resultado que no les favoreció.

Y es que paralelo a la derrota teutona, la selección de España disputaba un muy duro partido ante los complicados japoneses, quienes ya habían dado un golpe en la mesa al derrotar en la primera fecha justamente a los alemanes, pero tras luego caer ante los “ticos”, debían definir todo en esta última jornada.

Ahora bien, más allá de los resultados que dieron o que se podían dar, hubo muchas especulaciones en las horas previas, considerando que en la definición del vecino grupo F, era muy probable que Marruecos culminara en la primera posición y Croacia en la segunda plaza, como en efecto, ha sido así.

Entonces, ya al momento de salir al césped, se conocía que el ganador del grupo E tendría de rival a los sorprendentes marroquíes en lugar de croatas, pero no solo eso, sino que en caso de seguir avanzando de ronda, hipotéticamente estarían evitando el poder enfrentar a la siempre favorita Brasil.

Sino que en lugar de ello, España que en definitiva se ha quedado con el segundo lugar del grupo, tendría (en teoría) un camino algo menos exigente rumbo hacia las instancias finales del evento mundialista; pero sería algo que en su defecto, se le pudiera revertir y hasta se consideraría como arriesgado.

No se pretende con esto que lo hayan hecho a propósito ni mucho menos; solo que ya en la previa a este día, los análisis sobre estos escenarios llovieron en cantidad, incluido uno del periodista y estadígrafo “Mister Chip”, que posiblemente haya sido tomado en cuenta por el cuerpo técnico de la “Furia Roja”.

Aunque el propio Luis Enrique haya declarado luego del encuentro que no se sentía satisfecho por haber perdido y que la intención era como siempre ganar el grupo; lo cierto es que Marruecos será su próximo rival y de allí en adelante, ya nada nos puede sorprender.