Your browser doesn’t support HTML5 audio

Australia, la nación que en su día fuera la prisión más grande del imperio británico debió esperar hasta 1974 para debutar en un Mundial de Fútbol, justo cuando en la edición de ese año, celebrada en Alemania Federal comenzó su andar por estas lides.

Luego de aquella primera cita, tuvieron que pasar 32 años para volver a otra justa del orbe, en Alemania 2006 y no pudo haber mejor regreso, pues el elenco oceánico avanzó hasta la fase de octavos de final, tal como lo reseña ESPN.

Han transcurrido 16 años desde aquel Mundial, 16 años en los que se han efectuado otros tres Mundiales y en todos, sin excepción han estado los australianos, con la figura de Tim Cahill siendo el hombre grande de este seleccionado.

El presente

Bajo esta premisa llega a Qatar el entrenador de los “canguros”, Graham Arnold, otrora futbolista que nunca pudo jugar en un Mundial mientras estuvo activo, aunque si lo hizo como asistente técnico primero, en aquel torneo de 2006, luego en la edición de Rusia 2018.

Tras vencer in extremis a Perú, en una tanda de penales apoteósica durante el último duelo de repechaje, con el veterano arquero Mathew Ryan siendo un referente; los australianos arriban a Qatar en pos de emular siquiera aquella actuación en suelo alemán.

Un debut con sabor a revancha

Al momento de escribir este texto, Arnold y sus muchachos se aprestan para debutar este martes en territorio islámico frente al actual campeón, Francia.

Tanto australianos como franceses se vieron las caras ya en el primer juego del último Mundial, por lo que el desafío pudiera ser una especie de revancha y esa es la mentalidad que muestra el entrenador previo al encuentro ante “les Blues”.

“… La idea es que vamos a salir a jugar contra diez camisetas, no solo contra un jugador…”- comentó Arnold a los medios, tal como refiere ESPN, haciendo referencia a la ausencia de Karim Benzema en el combinado galo y por ende a la preparación para el juego de este martes.

En busca de un sueño

A su vez, el estratega enfatizó en: “… Nos concentramos en la calidad de nuestro juego, no solo para ganar, sobre todo para ayudar a los jugadores a que consigan su sueño, si lo logran, yo estaré feliz…”- señaló.

Hace cuatro años los australianos estuvieron a punto de dar la sorpresa, plantándose bonito ante los dirigidos por Didier Deschamps y si bien cayeron 2-1, dejaron la impresión de que podían aspirar a más.

Luego de su duelo ante los franceses, Australia se medirá a Túnez y a Dinamarca, siendo este partido ante los nórdicos el cotejo que tal vez pueda definir el posible boleto en la siguiente fase.

Habrá que esperar por ahora Graham Arnold y sus muchachos quieren soñar con grandes cosas en Qatar.