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El fútbol está en constante evolución, buscando brindar un mejor espectáculo al público y mejorando el juego. A veces los cambios gustan y otros no tanto, pero lo cierto es que el deporte rey necesita corregir algunas cuestiones y una de ellas es la pérdida de tiempo en cada partido.

Qatar 2022 se caracterizó, a nivel arbitral, en la gran cantidad de minutos adicionados al tiempo reglamentario. Hasta ese momento, cuatro o cinco minutos eran catalogados como una “eternidad” de tiempo agregado, pero lo cierto es que en la Copa del Mundo se han agregado hasta diez minutos más con un promedio que estuvo entre seis y siete minutos.

La bajada de línea era clara: jugar lo que haya que jugar para que se cumpla el mayor tiempo neto de juego. Pero no parece ser suficiente. Ante la posibilidad de que los partidos duren mucho más tiempo ante la gran cantidad de minutos adicionados, la FIFA evalúa hacer un cambio e imitar a deportes como el baloncesto: detener el reloj a cada interrupción.

La reunión para debatir soluciones a esta problemática se llevará a cabo en Londres y tendrá varios puntos a tratar, pero el más importante es el 3.B que se refiere al problema generado por la pérdida de tiempo neto de juego. En la junta se buscará la aprobación para sustituir el actual “reloj corrido” por el “reloj parado”.

“No decimos que se deba parar el reloj cada vez que el balón sale fuera, pero sí para aquellas incidencias que más demoras provocan: festejos de gol, sustituciones, penales, lesiones y el VAR. Vamos a evaluar varias soluciones”, declaró David Dein, ex vicepresidente del Arsenal inglés y embajador de la FA y la Premier League en FIFA.

En la reunión se plantearán tres soluciones: la primera es la mencionada de detener el reloj en determinadas interrupciones; la otra, es continuar con lo hecho en la Copa del Mundo y adicionar lo que haga falta adicionar; mientras que la tercera es buscar optimizar el desarrollo del juego para evitar los parates en el partido.