Que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) busca constantemente innovar y modificar el juego no es una novedad. Desde reglas y creación de competiciones se han experimentado en los últimos años. Pero tocar el máximo torneo mundial del deportes es algo osado. Y ya hay quien lo rechaza.

La idea de FIFA es reducir el espacio temporal entre cada Mundial de Fútbol y pasar de cuatro años a dos. Esto, se suma a la idea de alternar los mundiales masculinos y femeninos, y garantizarse que haya uno por año, lo cual implica un gasto mayor para los organizadores.

La FIFA lleva bastante tiempo trabajando con esta idea, concretamente desde que Joseph Blatter lo propuso antes del cambio de siglo. En 1999 ya planteó esta idea en una entrevista en Suiza, utilizando los mismos argumentos que se emplean en la actualidad. “Una cita cuatrienal está ya desfasada. Data de la década de los 30, cuando los equipos viajaban de uno a otro continente en barco”, expuso entonces.

Estos cambios se sumarían a los ya confirmados de aumentar el número de países participantes que llegaría a 48, para la edición de 2026 que se disputará por primera vez en tres países, siendo Estados Unidos, Canadá y México los organizadores.

En donde se encendió la alarme fue en el entorno de la UEFA, donde su presidente Aleksander Seferin expresó: “La UEFA y sus asociaciones nacionales también tienen dudas serias y preocupaciones graves en torno a los reportes de los planes de la FIFA. Nos asombra no haber sido consultados al respecto por el organismo que rige el fútbol mundial“.

Las principales quejas, además del aumento del gasto al realizar más torneos en menos tiempo, es que de esta forma se desvaloriza la Copa del Mundo al tener la posibilidad de jugarla cada menos cantidad de tiempo, sumado a que ahora será más fácil clasificar.