El rostro de Emery lo decía todo, su mano recogida en un puño sobre la boca, pensando, meditando todo, levantando luego los brazos en lamento por la oportunidad perdida o por una buena parada de Rulli…el Villarreal jugó, lo hizo como nunca esta temporada y en el mejor momento, en octavos de final de la Champions, frente a la Juventus.

El partido fue duro, desde el comienzo, fue un juego rocoso de un ritmo vertiginoso como los que se juegan en Turín, que es como jugar en el quinto infierno; pero el equipo español aguantó y espero su momento.

La paciencia

En el fútbol de hoy hay que sufrir, saber sufrir y eso es casi un dogma, así lo hizo el Villarreal y Emery no se desesperó, Unai sabía que era su momento, jamás había pasado a cuartos en Champions, cuatro coronas en Europa League pero nada de Champions.

La Juve dominó buena parte del choque pero no concretó y el portero Gerónimo Rully salvó varias pelotas a gol; la presión se desbordaba hasta el primer penal.

Había arrancada el segundo tiempo, el choque pintaba para extenderse bastante pero no, en abrir y cerrar de ojos todo cambió.

El resultado

Con dos penales, el Submarino Amarillo construyó su partido y ya el tercero era el maquillaje, en un cuarto de hora se acabó todo.

Los protagonistas, Gerard Moreno, Pau Torres y Danjuma pero todos hablaron, el verdadero protagonista fue el equipo.

Así, doce años después, el Villarreal vuelve a los cuartos de final de la Champions, luego que en la edición de 2008-2009 lo hiciera por última vez.

En recuerdo también esta aquella semifinal ante el Arsenal en 2006 y las emociones vuelven pues en la mente de todos esta la idea que sí se puede

El viernes 18 de marzo se definirán los cruces y el Villarreal estará junto a Real Madrid y Atlético de Madrid para sacar la cara por la Liga. De ahí en adelante todo puede suceder.