Your browser doesn’t support HTML5 audio

Cuando Cristiano Ronaldo tomó la decisión de fichar por el Al-Nassr de Arabia Saudí todos los fanáticos del fútbol tuvieron sentimientos encontrados. Entendían perfectamente que era difícil dejar escapar la bicoca de 200 millones de euros por temporada, pero al mismo tiempo no daban crédito de lo que sus ojos estaban viendo: el jugador más determinante en la historia de la UEFA Champions League, el 5 veces ganador del Balón de Oro, el futbolista portugués más grande de la historia, se estaba alejando de la élite del balompié.

Sin embargo, muchos alegaban que esto era esperable después de lo ocurrido en la Copa del Mundo Qatar 2022, torneo en el cual CR7 deslució y hasta fue relegado a la banca en los últimos dos cotejos de su selección. Por otra parte, su abrupta salida del Manchester United y sus últimos días como jugador del cuadro inglés daban mucho que pensar. ¿Estaba acabado el ex del Real Madrid para la competencia de primer nivel?

Esta duda persistió durante las primeras semanas del 2023, eso seguro. No obstante, hay que hacer énfasis en que probablemente tras el duelo de ayer entre el Dream Team de la liga árabe y el París St-Germain la cosa quedó zanjada: Cristiano sigue siendo top.

Basta con mirar el encuentro entre el club francés y los mejores jugadores del circuito saudí para darse cuenta de que a sus casi 38 años, el máximo goleador de la historia del deporte rey sigue estando vigente y con unas condiciones físicas que muchos a su edad ni siquiera hubieran podido soñar con tenerlas.

Ronaldo corrió, peleó, ganó, se fajó y como solo él sabe, anotó. En par de ocasiones se hizo presente en el marcador un hombre que en los 61 minutos que estuvo sobre el terreno lució como en su mejor época: rápido, vigoroso y, sobre todo, líder. En varias ocasiones se le pudo ver dándoles indicaciones a los suyos e incluso, ocasionó un penal jugándose el físico. Más tarde, cambió la sentencia por gol, aunque eso sí, con un ojo inflamado tras el choque con el golero tico Keylor Navas.

Su segunda diana llegó sobre el cierre del primer tiempo, en una sucesión de acciones en la que cobró un tiro libre que pegó en la barrera, disparó una vez más tras el rebote, luego cabeceó un centro desde la izquierda contra un poste y finalmente la mandó a guardar de pierna izquierda. Una prueba de lo metido que estaba el luso en el cotejo.

Al final, el PSG se impuso por marcador de 5-4 al Riyadh XI dirigido por Marcelo Gallardo, pero el dorsal 7 se llevó el más que merecido galardón de mejor jugador del duelo. La evidencia de que todavía tiene mucho para dar. Ahora, se abre de nuevo el debate: ¿Volverá a Europa para un último baile? De momento, es poco probable, aunque nadie puede negar que lo de ayer genera mucha ilusión.