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La Selección de Irán fue una de las más observadas en Qatar 2022. No por su rendimiento (cayó en fase de grupos aunque tuvo un aceptable andar), sino más bien por cómo se comportarían sus jugadores en medio de la crisis social que azota al país islámico.

Las revueltas comenzaron por la muerte de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por no llevar bien colocado el velo, pero han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.

Se trata de las mayores protestas contra el régimen de los ayatolás en décadas y hasta ahora los manifestantes, sobre todo jóvenes y mujeres, no dan visos de darse por vencidos, a pesar de las constantes ejecuciones que la justicia iraní está aplicando sobre condenados por participar de las revueltas.

Dos jóvenes iraníes fueron condenados a muertes y colgados en público tras participar en protestas y agredir a fuerzas de seguridad. Ahora, el mundo del deporte se conmocionó al saber la noticia de que un futbolista de dicho país correrá la misma suerte tras ser hallado culpable de ser parte de las protestas y apoyarlas.

El exjugador del Rah-Ahan, el Tractor y el Gol-e Rayhan, de 26 años, fue acusado por el régimen iraní de un delito llamado ‘moharebeh’, es decir, ‘enemistad con Dios’, según ‘IranWire’; este conlleva la ejecución en la horca, una pena que ya sufrieron el joven Mohsen Shekari y el luchador Majid Reza Rahnavard, ahorcado en público en la ciudad santa de Mashad por las mismas acusaciones que Amir Nasr-Azadani, todo tras un juicio sin garantías.

La información fue publicada por FIFPro, el sindicato de jugadores profesionales de todo el mundo que, dio a conocer el suceso en un comunicado. “FIFPro está conmocionada y asqueada por las informaciones de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”.

Amir tiene 26 años y participó de tres equipos en la liga local, siendo miembro actual del Tractor de la Liga Persa. El medio también informa de que la familia del futbolista “fue amenazada repetidamente por las fuerzas de seguridad de la República Islámica” si desvelaban que su familiar estaba detenido, algo que finalmente trascendió.