Chelsea pasó por encima del débil Malmö con una goleada (4-0) manchada por el peaje de las lesiones de Romelu Lukaku y Timo Werner, que dejan cojo el ataque de los de Thomas Tuchel.

 Con los goles de Andreas Christensen, Jorginho, por partida doble, y Kai Havertz, el vigente campeón de la competición se deshizo de un Malmo que solo aguantó el envite diez minutos, pero que se llevó por delante a Lukaku y a Werner.

Los pobres suecos aterrizaron en Stamford Bridge cohibidos, incapaces de pasar del centro del campo en los primeros quince minutos y con la mala suerte de que un equipo como el Chelsea, al que le suele costar ver puerta, se topó con el primer gol antes del minuto diez.

No era una sorpresa y es que los ‘Blues‘ estaban abrumando a los suecos, pero sí lo fue por la ejecución y los protagonistas. Centro de Thiago Silva, que se vistió de César Azpilicueta, y remate acrobático y picado de volea de Andreas Christensen. Golazo que prácticamente cercenaba ya las opciones de los de Jon Dahl Tomasson, que ponía cara de circunstancias en el banquillo.

Chelsea era infinitamente superior y el Malmö solo podía recurrir a la violencia para frenar a Lukaku y compañía. Así rozaron el penalti en una internada de Jorginho que el árbitro no vio, y lo consiguieron en la peor jugada del partido.

Un derribo a Lukaku con una tijera por detrás que dejó ko al belga y sentenció el partido. Penalti para los de Thomas Tuchel que transformó Jorginho y 2-0. La mala noticia fue que Lukaku no podía seguir. Tras ser atendido en el césped, la cojera no desapareció y se marchó por Kai Havertz.

La tranquilidad de la noche ya estaba rota, con la incertidumbre de qué tendría Lukaku, y empeoró con la lesión de Timo Werner, que también quedó tocado del tobillo y se fue antes del descanso.

Se le abría una buena oportunidad a Havertz, arropado por su técnico en la previa y con solo dos goles desde que marcara en la final de la Champions. Erró las dos primeras ocasiones que tuvo, especialmente dolorosa la segunda, con un paradón de Dahlin, pero enchufó la tercera.

Contraataque que condujo el recambio de Werner, Hudson-Odoi, y picadita de Havertz por encima del portero del Malmö.

Los suecos estaban rotos y el Chelsea por fin se sentía a gusto de cara a puerta. Llegó el cuarto de Jorginho, otra vez de penalti, y el Chelsea hacía cuatro goles en un partido por primera vez desde abril.

El resultado más la pesadez de la lluvia en Londres se llevó consigo cualquier ritmo que pudiera haber y sirvió para que Tuchel diera descanso a jugadores clave como Azpilicueta y Kanté, y minutos a un Saúl Íñiguez que debutó en Champions con la camiseta del Chelsea.

El triunfo subsana la derrota del Chelsea en Turín y coloca a los londinenses segundos del Grupo H, a tres puntos de distancia del Juventus y tres por encima del Zenit. El Malmo queda tercero con cero puntos, cero goles a favor y once en contra en tres jornadas.