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Barcelona sigue teniendo un gran vínculo con Argentina. Desde el arribo de Lionel Messi, en el equipo culé siguen confiando en encontrar a un sucesor en dichas tierras sudamericanas. Y ahora posaron sus ojos en una de las joyas del fútbol del país campeón del mundo.

Lucas Román, proveniente del club Ferro Carril Oeste, que milita en la Segunda División del fútbol argentina, es nuevo jugador del Barcelona. El volante creativo, de apenas 18 años recién cumplidos, es una de las grandes esperanzas del país albiceleste. Con un puñado de partidos ya disputados en su (ahora ex) equipo, llamó la atención de los principales scoutings de Argentina y de Europa.

“Pocho”, como lo apodan, arribó al equipo culé en una operación que según se supo, costó € 1.200.000 por el 85% del pase, más € 3.800.000 en objetivos a futuro. Al conjunto argentino le quedará el 65% de esta suma, con impuestos a descontar, mientras que el restante 35% se dividirá entre el jugador, la familia del mismo y el representante. Además, el club recibirá el 15% de una futura venta.

Si bien la compra la realizó el Barcelona, Román no jugará allí en principio y fue presentado en el filial, Barcelona B, dirigido por el ex jugador de la institución, el mexicano Rafael Márquez. Lo llamativo de la transacción es la cláusula, con un valor que pocos tienen en la actualidad.

Con un contrato que durará hasta 2026, el juvenil tiene un cláusula de rescisión de nada menos que 400 millones de euros. Una auténtica fortuna. Sin ir más lejos, Enzo Fernández, último ganador del Premio al Mejor Jugador Joven de Qatar 2022 tiene una de “apenas” 120 millones de euros en el Benfica