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Simplemente el destino ha querido que Argentina y Francia se volvieran a cruzar en un partido decisivo en una copa del mundo, teniendo el recuerdo aún fresco de los octavos de final de Rusia 2018, cuando los galos comenzaban a marcar su ruta hacia su segundo título en esta competición.

Muchos estaban aguardando esta final, luego de que otras selecciones grandes se quedaron temprano en el camino; Alemania, España, Portugal, Brasil e Inglaterra han sido algunas de ellas; en esta ocasión, todas las miradas iban a recaer hacia las únicas potencias que seguían en acción.

Este domingo 18, la ciudad de Lusail será testigo de la primera vez que ambos seleccionados se midan en una final, con la posibilidad de que podamos presenciar un nuevo bicampeonato, algo que no ocurre desde que Brasil ganara los mundiales de 1958 en Suecia y luego en 1962, en territorio chileno.

Sin embargo, la sensación de desquitarse esa eliminación de hace cuatro años sale a relucir del bando albiceleste, más aún cuando ahora, a diferencia de aquel entonces, se cuenta con un equipo más profundo y mejor trabajado, y del otro lado una escuadra francesa con algunas ausencias clave.

Aquel 30 de junio del 2018, los asistentes al Kazan Arena se pudieron deleitar con una faena que pudo incluir hasta siete goles, en un encuentro en el que Francia se adelantaba con el penal anotado por Antoine Griezzmann apenas a los 13 minutos, uno de los sobrevivientes de aquel grupo campeón.

Las esperanzas para los sureños regresaban al final de ese primer tiempo, con aquel zurdazo de media distancia de Ángel Di María que dejó sin opciones al portero Hugo Lloris; pero todo se definió en el complemento, a pesar de que Gabriel Mercado le daba la ventaja inesperada a los dirigidos por Jorge Sampaoli.

Entonces, llegaba lo que sería el mejor gol de ese campeonato mundial, cortesía de Benjamin Pavard; un derechazo de media volea que aún retumba en los oídos de Franco Armani; los europeos se la volvían a creer ante un equipo que era impulsado por un Lionel Messi hambriento de victoria.

Pero no podía faltar la figura de un chico que apenas tenía 19 años y que ya se proyectaba como uno de los goleadores de esta competición; Kylian Mbappe anotaba dos tantos en solo cuatro minutos, uno con la izquierda y el otro con la derecha y esto fue la sentencia para que los franceses avanzaran de ronda y los argentinos comenzaran a hacer la maleta.

Sergio “Kun” Agüero con un cabezazo en el tiempo de agregado maquillaba el resultado y el definitivo 4-3 se reflejaba en la pizarra del Kazan Arena; luego de una fase de grupos con muchas dudas e incertidumbre, parecía que las cosas mejoraban para los suramericanos. Se estrellaron contra un mural azul.

De aquel partido, solo Messi, Nicolás Tagliafico, Nicolás Otamendi y Ángel Di María son los que repiten ahora, aunque éste último sigue siendo duda por lesión; también estuvieron Marcos Acuña y Paulo Dybala como suplentes, ahora también a disposición de Lionel Scaloni.

Pero del lado francés, no han habido muchos cambios desde entonces; más bien ahora con un Mbappe un poco más curtido y Oliver Giroud que ahora si anota goles. Argentina es la que tiene la sed de venganza, mientras que Francia solo desean implantar su dinastía. ¿Quién ganará?