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Los estadios llenos pueden intimidar a muchos atletas. A lo largo de la historia hemos observado como muchos grandes deportistas se desconcentran o se disminuyen completamente cuando ven un recinto a reventar. En República Dominicana sucede lo mismo: hay quienes se “achicopalan” y otros que sencillamente se crecen.

Actualmente ha habido varios casos de jugadores que han disfrutado el momento. El estadounidense Nate Pearson, quien ya no está con el Licey, dijo que los juegos entre Águilas y Tigres eran una experiencia única.

“Esto es sencillamente increíble”, comenta el importado de los Tigres, Taylor Kohlwey, quien debutó contra las Estrellas Orientales en un estadio lleno, el Tetelo Vargas de San Pedro de Macorís, y al día siguiente tuvo que tomar el examen con las Águilas Cibaeñas con un parque como el Quisqueya Juan Marichal a reventar.

En el primer encuentro habló someramente sobre lo que tenía a primera mano, pero ya en la segunda tertulia amplió mucho más sobre vivir y jugar en el país.

“Una de las cosas que más me gusta es que aquí te sientes como en ambiente de playoff”, comenta. “Yo nunca he vivido algo así. Jamás había visto tanto público, con los tambores, el ruido, la música. Esto ha sido para mí un gran aprendizaje”.

Los viajes son algo que para él es normal. “Cansan un poco”, dice. “Pero es algo a lo que te acostumbras. En México son mucho más largos que aquí”.

Los felinos, luego del anuncio de este infielder, outfielder, anunciaron a dos importados más. La idea es que el equipo cuenta con su arsenal completo. “Yo vengo a trabajar en todos los aspectos de mi juego”, explica Taylor.

“El empuje de la fanaticada, los peloteros veteranos y la combinación que hay en el equipo te permite mejorar. Hay que salir a fajarse allá afuera”.

Sobre la comida dominicana. “Me encanta, es muy sabrosa”, explico. “He comido empanada, mangú y los platos típicos. Me saben muy bien. Tiene muy buen gusto”.

En lo que va de serie regular, nuestro personaje ha participado en solo cuatro compromisos. Su línea ofensiva es de .214&.313/.286. Entre los tres hits conectados que tiene hay que contarle un doble más tres carreras anotadas.

“Estoy listo siempre para jugar”, indica. “Se trata de hacer el trabajo y ponerse ready para cualquier oportunidad. Yo vine a ganar y ayudar al equipo. Por eso no me preocupo por aquellas cosas que no puedo controlar”.