No todo el mundo tiene el privilegio de lanzar primero con los Tigres del Licey y luego con las Águilas Cibaeñas. “Gracias a Dios lancé ya con las Águilas y me fue bien”, destacó Onelki García, el serpentinero oriundo de Guantanamo, quien vino a ser uno de los abridores del mánager Jose Leger. 

“Lo más difíciles en esta liga es controlarte cuando te sube allá arriba (en el morrito)”, explica. “Porque en esta liga hay muy buenos bateadores. Cualquiera te puede dar un jonrón, te puede dar un hit. Es una liga donde tienes que pensar mucho”.

En la zafra 2017-18, el antillano estuvo reforzando a los azules. En ese torneo dejó marca de 3-2 con efectividad de 3.23 y 37 ponches en 39 completos de labor. Ahora viene a lanzar con los rapaces, se puso de la otra acera. Y confiesa que lo disfruta mucho.

Sobre todo cuando le hablamos del clásico entre los rapaces y los felinos. ¿Cómo se vive un Águilas-Tigres?

“Se pone bien fuerte la cosa”, explica. “Hay que tener mucho ímpetu y saberlo controlar. Hay que tener una mente muy tranquila, porque en realidad hay una temenda rivalidad entre estos dos equipos”.

Entonces llegó el turno se conversar sobre lanzar con público. Para un profesional no es fácil ponerle freno a ese factor externo como es el público. Es como un monstruo que puede devorarte, pero también es ese ser amado y querido. No es lo mismo jugar con un estadio lleno que con uno vacío.

“No, para nada”, sostiene Onelki. “Es que cuando no hay público tú te sientes así como desganado. Si pasó, pues pasó, pero cuando te está mirando no sé cuántas gentes la cosas es diferente. Hay más adenalina, más tensión. Tú quieres sacar ese out para perrear a la gente, Es algo como que te cambia en tu cuerpo”.

El derecho cubano lanzará este domingo a las 4 de la tarde en el estadio Julián Javier contra los Gigantes del Cibao. “La idea es esta semana lanzar un bullpen, irme adaptando, para luego hacer mi primera salida. Yo lo vine a ayudar como abridor que es lo que soy“, contó en su momento, García, cuando los rapaces visitaron Santo Domingo.

El diestro viene de una lesión. Por eso lanzó tan poco en México, donde soltó 26 innings y un tercio en siete juegos, seis de ellos como abridor. Dejó foja de 2-0 y efectividad de 6.49. “Poco a poco me he ido recuperando“. confesó.