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Tras bambalinas, así está y ha estado siempre Matt Blake. Las cámaras no tienden a enfocarlo mucho, todo es Aaron Boone, solo en cortas tomas se puede apreciar el rostro del tipo joven, rubio, alto, con el ceño fruncido, como escrutándolo todo, todo lo que pasa en el campo, pero de modo particular con los lanzadores y su mecánica, hasta el más mínimo detalle, desde el agarre de la bola hasta la caída en el montículo.

Es su trabajo y Blake lo sabe, no le importa ser más o menos conocido, su enfoque estriba en el hecho de saber precisar cada elemento significativo en el quehacer de los serpentineros de Yankees.

La historia

Cuenta el New York Post que como tantos otros no fue un jugador destacado siquiera, en cuestión de meses pasó de ser un simple cazatalentos, allá por 2010, después a entrenador de secundaria, más tarde con apenas 30 años fue contratado por los Guardianes de Cleveland como instructor de pitcheo en Ligas Menores.

Narra Yes Network que Blake pasó cuatro años en el elenco de Ohío, curtiéndose como un hombre obsesivo con las estadísticas. Ese era su aval y tal vez por ello todos en el Bronx se sorprendieron cuando el polémico Brian Cashman lo nombró coach principal de pitcheo en 2019, desechando a un viejo conocido, como Larry Rothschild.

Impacto inmediato

Así comenzó todo, fue hace tres años y en ese momento el cuerpo de lanzadores de los Mulos, mostraba una efectividad general de 4,35, dos años después, luego de la temporada acortada por la pandemia de Covid 19, el trabajo sigiloso de Blake, empezaba a tomar otra dimensión y en 2021, el promedio de limpias de 3,74 fue el quinto mejor de toda la Liga Americana.

Ya en 2022, de igual modo, sin tanto impacto mediático, Matt Blake le dio forma a la que puede ser su obra maestra, no solo por la efectividad de 3,28, la tercera mejor en todo el béisbol, también por los resultados individuales.

En este punto es válido resaltar que, si hoy miramos como historias de éxito, a esas de Néstor Cortés Jr, Clay Holmes, Michael King, Clarke Schmidt, Ron Marinaccio y Wandy Peralta, si hablamos así, es un criterio casi absoluto que buena parte de dicho éxito se debe al mencionado Matt Blake.

La jugada maestra

La temporada acabó para los Yankees con la estruendosa barrida a manos de los Astros de Houston en el mismo corazón del Bronx, fue así y ya a los días, el centro de atención fue Aaron Judge y su novela respecto a su decisión de quedarse o no en Nueva York.

Al final Judge se quedó, como ya todos saben, también los Bombarderos contrataron al prominente zurdo Carlos Rodón y al mismo tiempo que oficializaban la llegada de Rodón, el gerente Brian Cashman renovaba el contrato de Matt Blake por tres años más.

El New York Post habló del tema, de igual modo lo hizo Yes Network y el portal Talkin Yanks y Blake dio alguna que otra entrevista, pero la noticia de su permanencia con los Mulos pasó casi desapercibida.

Matt Blake como garantía

Muchos califican este movimiento de jugada maestra y es algo verídico que se sustenta en el peso de los hechos, en los números y la actuación de los lanzadores en estos últimos tres años y en este sentido, ahora, en el mismo minuto en que escribo, cobra vigencia aquellas declaraciones del mencionado Cortés Jr sobre el deseo de que Matt Blake se mantuviera con Yankees.

Todavía no llega a los 40 años y ya es uno de los mejores en todo el circuito beisbolero, pues triunfar con los Mulos es tarea difícil, sin embargo, Blake no creyó en prejuicios ni en estigmas banales respecto a su credibilidad, hoy está allí, sigue allí, al lado de Aaron Boone, tal vez como una de las grandes garantías que tiene la franquicia de cara a las próximas campañas.