Gleyber Torres, hoy campocorto de los Yankees de Nueva York, ha visto cómo su rendimiento ofensivo ha ido disminuyendo en el último par de temporadas después de que su carrera rozara las nubes en sus 2 primeros años como grandesligas.

Asimismo, su desempeño defensivo también ha mermado, lo que a día de hoy lo pone contra la pared en unos Bombarderos que parecen no tolerar más este tipo de situaciones en ninguno de sus peloteros. Quizás impulsados por la necesidad de ganar, y también por la presión que la fanaticada ejerce sobre el club por la falta de éxitos recientes.

Casos como el de Gio Urshela y sobre todo, el de Gary Sánchez, demuestran que en la gerencia de la Gran Manzana hará lo que haga falta con tal de encontrar los caminos que lleven a la Serie Mundial en este 2022.

Pero, a todo esto vale la pena preguntarse: ¿Por qué bajó su nivel Gleyber Torres? ¿Qué hizo que aquel novel pelotero que ilusionaba a todo el mundo hoy sea una de los principales candidatos a abandonar en Bronx en un futuro cercano? Analicemos, porque puede que el culpable sea el hombre que ostenta el cargo de gerente general.

Ascenso y caída

Si miramos los números del nacido en Caracas entre los años 2018 y 2019, notaremos una sólida línea ofensiva de .275/338/.511, con 62 cuadrangulares, 42 dobletes, 167 carreras impulsadas y 150 anotadas. Esto le valió en par de años el llamado al Juego de las Estrellas y el tercer lugar en la votación al premio Novato del Año en 2018. Hasta aquí todo bien, el dorsal 25 pintaba para ser una de las futuras caras de la MLB.

No obstante, esta visión de Torres se cayó a pedazos entre los años 2020 y 2021. Sus estadísticas en este periodo cambiaron radicalmente. Su hilo ofensivo fue de .256/.337/366, con solo 12 jonrones, 30 dobles, 67 rayitas remolcadas y 67 anotaciones. Los números no mienten, Gleyber se desplomó.

A todas estas la interrogante que nos trajo hasta aquí sigue en el aire, ¿Por qué ocurrió esto?

El posible culpable

No puede ser casualidad que desde que el toletero de 25 años de edad asumió la responsabilidad de jugar en las paradas cortas en detrimento de la intermedia, su capacidad ofensiva decreció paulatinamente. Pero, remontémonos al pasado, específicamente al 2019.

En aquel año, el último “bueno” para Gleyber Torres, él jugó 65 veces en la segunda almohadilla y 77 en el shortstop. Sin embargo, en el 2020 lo obligaron a hacerse cargo a tiempo completo del espacio entre tercera y segunda, y fue allí donde el karma inició. 40 juegos en el campocorto y ninguno como camarero, y al año siguiente igual, 108 y 19 fue el balance. ¿Acaso los Yankees no se dieron cuenta de esto? ¿Por qué seguir alineándolo como ‘short’? La respuesta es fácil.

Brian Cashman, gerente de los Pinstripes, prefirió traer en 2019 a DJ LeMahieu, un segunda base por excelencia que también puede jugar en la antesala y en la inicial, pero no en la posición a la cual condenaron a Torres. Durante su carrera, solo lo ha hecho un total de 4 veces.

En vez de comprar a un campocorto, Cashman adquirió a un hombre que jugaba el mismo puesto que el venezolano y lo empujó hacia terrenos desconocidos, mismos que por desgaste, ya sea físico o emocional, terminaron por minar sus dotes con el bate.

Así que sí, probablemente Nueva York termine desvinculándose de Gleyber en algún momento, pero será pertinente recordar por siempre que parte de lo que ha ocurrido, es culpa de Brian Cashman.