La suerte está echada, es una realidad y con marca de 67-69, los Medias Rojas de Boston solo pueden aspirar a maquillar un poco el panorama del fracaso total que representará esta temporada; quizás por honor, tal vez por la vana ilusión de aferrarse a un milagro divino.

Se veía venir, desde hace unos dos meses es así y entre lesiones, bajos rendimientos y un cúmulo de rumores respecto al futuro de jugadores importantes como JD Martínez, Rafel Devers y Xander Bogaerts, el elenco de Fenway Park ha transitado la campaña actual en constantes altibajos.

El contexto

Luego de un feo comienzo, llegando a jugar para forja de 10-19, los Medias Rojas lograron recuperarse y no pararon hasta ubicarse segundos, para después caer en picada total como si de un cuento corto, una especie de haikú o quizás como la misma historia de Augusto Monterroso: “… Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí…” y sí, fue como un sueño el efímero período de gloria de Alex Cora y sus muchachos.

Sin embargo, en medio de este entramado una historia subyace con todo el peso que tiene la dimensión del protagonista y es el paso arrollador del mencionado Xander Bogaerts, quien una vez más, como ha sido costumbre en los últimos años ha descollado con su ofensiva, enviando un claro mensaje a la gerencia respecto a la posible extensión o… la posible salida del equipo.

Racha histórica

Sumando el juego de ayer ante los Rays de Tampa, Bogaerts arribó a una racha de 9 encuentros consecutivos pegando al menos dos hits, para igualar una marca histórica en la franquicia que se remontaba al año 1934 y estaba en poder de la leyenda Roy Johnson, según refiere MLB.com.

De igual modo, la racha de Bogaerts es la más larga de la temporada actual y con su ritmo ofensivo el estelar jugador también asumió el liderato de bateo de la Liga Americana con 317 de average, superando por tres puntos al venezolano Luis Arráez.

Estimados lectores, las pruebas están, Xander Bogaerts está en un excelente estado de forma, quizás en su mejor momento y puede ser la cara de la franquicia en los próximos años u otra ilusión que se quedó a medias y nada más.