Desde hace muchos años, la inmensa mayoría de personas relacionadas al béisbol coinciden en que durante esta época no ha habido un mejor pelotero que Mike Trout. Basta mirar sus números y todos los galardones que ha obtenido para entender por qué afirman esto, y solo mirarle jugar para darse cuenta de que están en lo cierto.

La megaestrella de los Angelinos de Los Ángeles justifica ese título de “El Mejor” con nada más y nada menos que 3 premios a Jugador Más Valioso de la Liga Americana, 1 premio Novato del Año del joven circuito, 8 Bates de Plata y 9 Bates de Plata.

Además, tiene números de por vida de los cuales ya fácilmente se puede presumir que son dignos para que una vez que cuelgue los spikes, sea inducido al Salón de la Fama de Cooperstown. Pero esto no acaba aquí.

Actualmente se encuentra disfrutando de su temporada número 12 en Las Mayores y dejando atrás las lesiones de su pasado reciente, parece que todo seguirá yendo viento en popa como hasta ahora.

En el presente ciclo el Meteoro de Millville está viendo la bola clarita, y una muestra de ello es el enorme bambinazo que se acaba de marcar contra los Medias Blancas de Chicago.

Otra más para la calle

Corría apenas la primera entrada en su parte alta en el duelo entre Patiblancos y Halos, cuando en condición de segundo en el orden del mánager Joe Maddon Mike Trout tomó su primer turno al bate ante el abridor de turno, el zurdo Dallas Keuchel.

En conteo de 1 bola y 1 strike el jardinero de Anaheim aprovechó para sacar un swing colosal y mandar la bola a volar hasta lo más profundo del territorio que está entre las praderas central y derecha. La esférica hizo un viaje de 429 pies que a la postre significó el sexto cuadrangular del año para el dorsal 27.

Más adelante, sus compañeros y líderes del conjunto al igual que él, Anthony Rendón y Shohei Ohtani también dirían presente con sus maderos (eso sí, de formas más discretas) para aportar a la causa angelina.

En este momento, antes de iniciar la parte baja del séptimo inning, los Angels derrotan en condición de visitantes a los White Sox por pizarra de 4×0.