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Debió ser su momento, su año de consagración, pues en ese entonces, ya con siete campañas a cuestas en Grandes Ligas, Miguel Castro mostró su mejor versión como relevista, vistiendo la franela de los Mets de Nueva York y muchos, quizás hasta el propio lanzador pensó que su futuro estaría ligado al elenco de Queens, pero no.

Cuando nadie lo pensaba el dominicano llegaba a los Yankees de Nueva York, luego de rendir par de buenas campañas con los vecinos de la Liga Nacional.

El trayecto

El constante peregrinar de Miguel Castro no acababa, de Toronto a Baltimore, luego a los Mets, para después vestir el uniforme a rayas de los Bombarderos del Bronx.

Al mirar en perspectiva, el criollo no lo hizo mal con la franquicia más ganadora del béisbol, no, en 34 juegos trabajados, pudo sumar 29 entradas, legando un promedio de limpias de 4,03.

Sopesando estos registros, tenemos que el quisqueyano dejó forja de 5-0, además de compilar 31 ponches y un whip de 1,45, tal como lo muestra Baseball Reference, pero otra vez, las lesiones lastraron su posible proyección, dejando sentada la idea que los Yankees podían contra con un brazo sólido en la parte de atrás de su cuerpo de lanzadores.

La noticia

Cumplió, sin mucho ruido lo hizo bien y quizás por ello no sorprenda del todo la noticia que hace unas horas dio a conocer Robert Murray de FanSided, la misma que asevera que los Cascabeles de Arizona decidieron ofrecerle un contrato de un año y 3,5 millones de dólares a Miguel Castro.

La información da cuenta que el pacto posee de igual manera varios incentivos asociados al posible rendimiento del antillano, además de una opción para la campaña de 2024.

Inmensa oportunidad

Se trata de un movimiento interesante por parte de un conjunto que cerró la temporada 2022 con balance 74-88 pero que de la mano de Torey Lovullo pretende escalar posiciones y retoma a aquellos años cuando a comienzos de siglo llegaron a ganar una histórica Serie Mundial ante los Yankees de Nueva York, allá por 2003.

Será un largo viaje para Miguel Castro y a sus 28 años, entrando ya en su novena contienda en Grandes Ligas, pueden quedar dudas, pero las certezas de seguro han de ser mayores, pues en el Chase Field debe encontrar la oportunidad que tanto había esperado.