El mal año de los Nacionales de Washington ha opacado también el posible impacto mediático del veterano Nelson Cruz, llamado a ser un baluarte ofensivo en los de la capital de Estados Unidos, pero igual, tras un comienzo lento, el quisqueyano ha ido recuperando su versión de slugger atronador y al momento de escribir este texto, compila para 240 de average con 8 jonrones y 47 carreras impulsadas.

En este contexto, con la fecha límite de cambios al doblar de la esquina, la pregunta se impone por su propio peso, ¿Quién no quiere tener un bate como el de Nelson Cruz?, pues más allá de la edad y la polémica, de esteroides o de lo que sea para denigrar su prominencia como bateador, Cruz ha demostrado con creces, renaciendo una y otra vez cual ave fénix, que es bateador, un muy buen bateador, de los mejores en los últimos años y esa forma suya, única, de pegarle a la bola, le dan un sello autentico.

La posibilidad

De acuerdo con Jon Heyman, del New York Post, los Mets de Nueva York, claros favoritos de todos para llegar y hasta ganar la Serie Mundial, estrían mirando con buenos ojos la opción de Cruz y si bien hasta este minuto, los hilos del suceso, se mueven como un rumor, la posibilidad se muestra interesante y porque no pensar en el refrán de que cuando el rio suena es porque piedras trae.

Los Mets de Nueva York no llegan a una Serie Mundial desde 2015, cuando cayeron ante los sorprendentes Reales de Kansas City del polémico Ned Yost y siete años después, los de Queens quieren volver a creer, no solo llegar, también ganar, como sucedió en 1986.

Han armado un buen equipo para ello, dos estelares como Max Scherzer y Jacob deGrom, dos componentes idóneos para pelear por todo en una campaña de Grandes Ligas; además de tener a hombres como Francisco Lindor, Jeff McNeil o Pete Alonso, también de los mejores del negocio, pero volviendo al punto, un jugador del calibre de Nelson Cruz, sería un plus adicional para las aspiraciones de los Mets este año.

El escenario perfecto

Con Dominic Smith, el previsible bateador designado del equipo, sosteniendo números muy por debajo de lo esperado, 219 de average, con 17 carreras remolcadas, 10 dobles y sobre todo, ningún cuadrangular, la opción de Cruz toma fuerzas.

A sus 42 años, terminar su carrera en Nueva York, con los Mets, hasta con un anillo de Serie Mundial sería la mejor despedida, el final soñado para un hombre que desde aquellos años con los Vigilantes de Texas se ganó la admiración y el respeto de miles de aficionados al béisbol en todo el mundo.

El legado

Casi 500 jonrones, más de 100 impulsadas y cerca de 20 años jugando al primer nivel; elementos que imponen respeto más allá de las dudas y los malos criterios.

¿Será la última parada de Nelson Cruz en Grandes Ligas?, podría ser, todo cabe en el contexto beisbolero actual, pero con Cruz no hay límites, lo demuestra una y otra vez, siempre da la idea de ser incombustible, de no tener para cuando acabar y esa es la mejor parte de la historia.