La hora del adiós ha llegado y todo apunta para ello, los números muy malos, la cantidad de juegos jugados, incluso, el mero hecho de su entrada tarde a los entrenamientos de primavera, fue como un mensaje simbólico de que esta, la última temporada de Yadier Molina en Las Mayores no sería normal.

El boricua, había firmado a finales de 2021, una extensión de un año y 10 millones de dólares con los Cards, dejando claro que la temporada 2022 sería la última en Grandes Ligas y de esta manera cumplía su deseo de retirarse con los pájaros rojos, el equipo de sus amores, el mismo con el que comenzó todo en el mejor béisbol del mundo, allá por el año 2000.

Pero…

Sin embargo, Katie Woo de The Athletic aseveró que Molina había comenzado todo el año con fuertes dolores de rodilla y a pesar de ser sometido a inyecciones con cortisona, no pudo solventar el padecimiento ya al momento de escribir este texto pasaba a la lista de lesionados.

EL Yadi ha sido titular solo en 35 de los 65 juegos de los Cards, cediendo protagonismo ante Andrew Knizner, quien ha sido el hombre de los últimos grandes hitos en materia de pitcheo, en particular los asociados a Miles Mikolas; el juego casi perfecto y con anterioridad el partido de 85 lanzamientos ante los Rays de Tampa.

De mantenerse esta tendencia, la leyenda estaría disputando unos 87 cotejos en este 2022, la cantidad mas baja de su carrera, si tenemos en cuenta que previamente en 2007 calzado los arreos en 101 encuentros.

Así y todo

Sin embargo, así, jugando poco, cediendo en casi todo, tal como lo muestra su escueta producción ofensiva, 213 de average, con solo 2 jonrones y 10 impulsadas; como el dirigente Oliver Mármol lo quiere tener siempre, sabe que es un líder natural y los jugadores de los Cards sienten un gran respeto y admiración por él.

Al mismo tiempo, Yadi ha seguido haciendo historia y junto a Adam Wainwright están apuntando al liderato histórico, 324 juegos como batería en Las Mayores, algo colosal, para escribir con letras mayúsculas.

En su campaña 18, las cosas no le están saliendo bien al futuro Salón de la Fama, no, pero la idea, su impacto, esa figura simbólica, la manera tan única con la que asume su condición de pelotero profesional, marcando la tarjeta en el gimnasio todos los días, así, es imposible no quitarse el sombrero y quererlo ver siempre…hablamos de un inmortal.