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Por primera vez en toda la temporada, la capacidad del Estadio Quisqueya en un choque entre Licey y Águilas no llegó a una capacidad de 65%. Esta irregular asistencia no se debió a desinterés por parte de los fanáticos, sino más bien, a un desorden monumental que reina en las oficinas azules.

Desde el inicio del Round Robin, el equipo azul se ha destacado negativamente por hacerle la vida difícil a sus fanáticos. La organización ha presentado problemas con la impresión de los abonos, lo que ha provocado que abonados tengan que hacer grandes filas para obtener una cinta de entrada al estadio, mientras otros no han podido lograr su pase teniendo sus abonos ya pagos.

Un problema todavía mayor se presentó en el día de hoy cuando una gran cantidad de fanáticos compró sus entradas vía la web, sim embargo, nunca recibieron la boleta virtual en sus correos a pesar de la pagina haber procesado el pago. El conjunto azul pidió disculpas en sus redes sociales y se comprometió a reversar cualquier cargo generado.

No es la primera vez que la inservible pagina de los Tigres le roba el dinero a los fanáticos. Muchos denuncian que tienen más de un mes esperando el reembolso de sus compras de boletas que nunca llegaron a tener en sus manos. Los fanáticos seguirían perdiendo incluso si se les reversa el cargo generado. ¿Quién le reversa al fanático las horas perdidas en el estadio haciendo filas enormes?

Fanáticos tuvieron que pedir permisos en sus trabajos y que cuando llegaron al estadio antes de la 8 de la mañana le dijeron que la boletería se habilitaría para resolver cada caso a las 9 de la mañana. Cuando llegó hora señalada, los empleados azules no tenían las herramientas necesarias para resolver los problemas de los fanáticos azules.

El orgullo de la directiva azul ha provocado fricciones con los directivos de Uepatickets y por ello no han intentado en el pasado reciente a la plataforma que mejor gestiona la venta de boletas en Republica Dominicana.

Una franquicia de Lidom es una institución, su éxito no depende solo de lo que acontece en el terreno sino también del buen funcionamiento de toda la estructura, desde el mercadeo, comercialización, la logística y las redes sociales. Aunque digan lo contrario, los hechos son los que hablan y estos demuestran que el Licey no respeta a sus fanáticos, fanáticos que son peores al no tomar la determinación de dejarles siempre las boletas en la mano.

Por respeto a sus fanáticos tomen las medidas necesarias. Demuestren ser el mejor equipo como dicen que son, comiencen a manifestarlo porque al día de hoy son la vergüenza del beisbol invernal.