La odisea del Carlos Espinal en Grandes Ligas, por ahora, seguirá y quizás en los Yankees de Nueva York, las cosas se vean diferentes, pues hablamos del mejor equipo del mundo, pero como quiera ese ir y venir, estar cerca, casi llegar al primer equipo, ser desechado y volver, se vuelve una tortura para cualquiera, como un martirio, pues los años no pasan por gusto.
En cuestión de días, en esta misma semana, Espinal lo vivió todo, estaba seleccionado para entrar en el roster de 40, en el primer equipo de los Bombarderos del Bronx antes de la fecha límite de cambios el 2 de agosto y en menos de 24 horas fue enviado otra vez a Scranton/ Wilkes- Barre, la filial triple A de los Yankees, para sin previo aviso, ser designado para asignación.
Pero…
Sin embargo, los Bombarderos informaron este viernes que el quisqueyano volvió a ser asignado al equipo grande de Ligas Menores, luego que su contrato no fuera reclamado por ningún otro equipo.
La historia de Espinal comenzó siete años atrás cuando los Yankees de Nueva York, cuando en 2015 fue firmado como agente libre internacional, en su natal República Dominicana y los ojeadores, en ese entonces, avalaron sus condiciones excepcionales para abrirse un camino en Las Mayores.
No ha sido suficiente
No es menos cierto que el caribeño se ha impuesto, legando buenos guarismos tanto en doble A como en triple A e incluso en este 2022, todo indicaba como ocurrió hace menos de cinco días, que podía ser llamado, pues su efectividad de 2,66 en más de 50 tramos de labor era el mejor aval para creer que Espinal podría subir para ayudar en el bullpen del primer equipo peo no.
Una vez más fue desechado y su renacer, tras la mala campaña en 2021, mostrándose resiliente y competitivo, tampoco sirvió de mucho en esta oportunidad.
Como sea está su juventud, su talento intacto y as ganas de salir adelante, todos y él también, todos saben que llevar el uniforme a rayas de los Yankees de Nueva York, es tal vez la prueba mas dura que pueda pasar un deportista en pos de aspirar a un futuro en el béisbol, pero la opción está decantada… la batalla continúa.