Se olvidaron de batear, ya desde los últimos días de septiembre, el equipo se encontraba inmerso en una especie de slump colectivo y en estos dos juegos de la Serie de Comodines ante los Phillies de Philadelphia, los Cardenales tocaron fondo, allí, en su propia casa, en Busch Stadium y no pudo haber un peor final para un elenco que prometía mucho más.

Y hay una perspectiva romántica a la hora de escribir de los Cards, no hablamos de cualquier equipo, se trata del elenco más ganador en el viejo circuito, con 11 títulos y una rica historia de más de cien años; Stan Musial, Bob Gibson, Lou Brock, Mark McGwire, Yadier Molina, Chris Carpenter, Adam Wainwright  y Albert Pujols, el gran Albert Pujols y así resulta imposible no pensar en épicas, en grandes batazos, en juegos perfectos o casi perfectos, en remontadas y otra vez el recuerdo de la Serie Mundial en 2011, con el batazo de David Freese para voltear la serie  ante Texas.

La realidad: el final del cuento de hadas

Los Cardenales perdieron y fue como bajar de una nube, de un gran nube, esa del equipo capaz de todo, capaz de todo sin pitcheo, con un hombre de 40 años siendo líder de staff, así era imposible, era cuestión de llegar a octubre y chocar de frente a la realidad, comentan y hay una alta dosis de razón, pero igual, son los Cardenales de San Luis y siempre, desde que sigo el béisbol, siempre han jugado así, como equipo, sopesando el impacto de la grandes estrellas, es el equipo, el grupo es lo que ha triunfado, en 2006 ante los Tigres de Detroit, luego en 2011 ante los Vigilantes.

De igual modo, cuando llegaron al Clásico de Otoño en 2013, otra vez frente a los Medias Rojas de Boston, ya sin Albert Pujols; en ese momento solo Matt Holliday descollaba como una figura de gran potencial, si llegaron fue gracias a funcionar como grupo.

Una simple ilusión

Sí, en el año que regresó Pujols, en la temporada de sus 700 jonrones, cuando muchos pensamos en el milagro de regresar al menos a discutir el Campeonato de la Liga Nacional…todo se desmoronó.

Y Jack Flaherty nunca pudo estar a punto y Ryan Helsley se lesionó en el peor momento y Paul Goldschmidt comenzó a apagarse antes de llegar a estos dos partidos y cuando llegó ya era un hecho, no era el mismo y así los Phillies aprovecharon su estado de gracia para cobrar venganza y acceder a la Serie Divisional frente a los Bravos de Atlanta, dejando atónitos a los miles fanáticos en Busch Stadium.

Habrá que esperar a 2023, sin Pujols, ni Wainwright ni Molina y creer que la nueva hornada de jóvenes, Edman, Donovan, Carlson, Nootbar; creer que ellos pueden hacer el trabajo, pero la verdad, sopesando la perspectiva romántica, el camino todavía parece bien largo y por ahora, la nostalgia de aquellos años de gloria, parece infinita.