Los Dodgers de Los Ángeles siguen empeñados en ser los campeones de las Grandes Ligas desde hace varios años. Aunque ganaron la Serie Mundial en el 2020 mucha gente los cuestionó por ser esa la temporada recortada por la pandemia, de manera que siguen empeñados en alcanzar el éxito en una zafra tradicional de 162 encuentros. Debido a esto, gastan todos los años sumas ingentes de dinero para construir su nómina, pero hasta el momento los resultados no han sido los esperados.

Por esa razón, luego de 2 campeonatos en blanco, están pensando en dar un golpe sobre la mesa con un campocorto de élite, tal y como hicieron en la campaña anterior con Trea Turner, quien ahora mismo volvió a la agencia libre. Las opciones que ofrece este mercado son variadas y no solo recuperar al ya mencionado torpedero es una alternativa viable.

También son elementos interesantes y de suma consideración el ex de los Medias Rojas de Boston, Xander Bogaerts; el otrora pelotero de los Bravos de Atlanta, Dansby Swanson; y por supuesto, el boricua Carlos Correa, quien decidió salirse de su contrato con los Mellizos de Minnesota a expensas de que el mismo le tenía como el shortstop mejor pagado de toda la Gran Carpa.

Quedaría descartado

Sin embargo, el último de los paradores en corto que mencionamos estaría fuera de los planes de los Dodgers a pesar de sus increíbles capacidades deportivas. Es cierto que el puertorriqueño sería un refuerzo de lujo para una constelación de estrellas como la de la tropa azul que dirige Dave Roberts, pero la opinión del público lo colocaría fuera del radar del elenco californiano.

Con todo y el gran talento que posee, Showrrea es de los hombres más odiados de todo el béisbol. En primera instancia, está su actitud siempre desafiante e incluso con ciertos tintes de arrogancia y, por otro lado, pesa sobre él la sombra de haber pertenecido a los Astros de Houston de 2017, equipo que fue castigado por robar señas en esa Serie Mundial. Ahora, ¿Recuerdan contra quién fue? ¡Exacto! Contra los Dodgers, ese es el motivo de la afición angelina para no quererlo dentro de sus filas.

Aquí podemos observar un video del Dodger Stadium pitándolo en agosto del presente año:

Ciertamente los fans no son los que deciden quién llega o no a la franquicia, pero sí pueden protestar dejando de ir al estadio, algo que podría impactar las finanzas de un conjunto que necesita vender la mayor de entradas y souvenirs posibles para cubrir el precio de su imponente nómina.