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Escribiré y al escribir, podría dar la idea de que estamos en el verano de 2022, quizás unos meses antes, justo cuando en el entorno de los Yankees de Nueva York, la gente se preguntaba respecto a lo que debía hacer Brian Cashman para solucionar los dos grandes problemas que presentaban los Mulos… Joey Gallo y Aaron Hicks.

La tropa de Aaron Boone iba bien, hasta la pausa por el Juego Estrellas apuntaban a una campaña histórica, alguno hablaron de 120 victorias incluso. Los Yankees iban bien, pero ellos, Gallo y Hicks tocaban fondo.

Las pautas de los acontecimientos

Ya sabemos lo que pasó, después del 2 de agosto, Joey Gallo fue cambiado a los Dodgers, los Bombarderos se desplomaron al punto de poner en dudas, por momentos, no solo el título divisional, también la posible clasificación. Al mismo tiempo, en el caso de Aaron Hicks, a una primera parte cargada de incertidumbre, le siguió otra peor, con el jardinero acabando la temporada en la banca.

Aquel portentoso jugador que en 2017 había impresionado a todos cuando en apenas 88 juegos dejó una hoja de corte de 266/372/475, con 15 jonrones y 10 bases robadas, el mismo al que los Yankees le habían ofrecido 70 millones por 7 años, con una opción del club para 2026, sí, ese, Aaron Hicks, daba la impresión de ser otra de esas eternas promesas que terminan quedando a deber.

Se habló, se sigue hablando,  de igual modo se especula que Cashman hizo intentos para cambiarlo en esta temporada baja, hasta en el verano último, cuando lo de Joey Gallo , pero no, la directiva se ha mostrado reticente y en reiteradas ocasiones han asegurado que confían en un buen 2023 para Hicks.

El ahora o nunca de Hicks

Aferrarse puede ser una opción y al momento de escribir este texto, los acontecimientos refrendan el hecho de que a sus 33 años, Aaron Hicks será otra vez el dueño del jardín izquierdo, tal vez con la mente puesta en cumplir aquella meta de abril de 2022, cuando le dijo al New York Post que esperaba una zafra de 30-30… no le queda de otra.

La sensación de fracaso está en el ambiente y la afición en el Bronx volverá a ser exigente, ya antes de Hicks estuvieron hombres como Jacoby Ellsbury, Chase Headley y Brian McCann y entonces de eternas promesas no se quiere saber.

En los venideros Entrenamientos de Primavera tendremos la medida exacta de lo que hablamos, sabremos lo que puede traer Hicks y cual versión podríamos ver sobre el diamante, si aquella de 2018, cuando frisó la treintena de jonrones o esa tan mediocre de 2022.

¿Cambiará su historia? ¿Dejará de ser otra eterna promesa?