En el Coors Field evocan con nostalgia aquel título en la Serie de Campeonato de 2007 y la posterior presencia en Serie Mundial y en quince años la historia de los Rockies de Colorado ha adquirido diferentes matices dentro de la difícil división oeste en la Liga Nacional; pues a sucesivos períodos de alzas le han sucedido otros de malos resultados, pero igual, siempre con un elemento en común marcando el devenir de la escuadra de Denver.

Y está Todd Helton ahí, en un su santuario y más abajo, también en modo leyendas, Matt Holliday, Troy Tulowitzki y hasta un hombre como Trevor Story ya tiene su propio apartado dentro de la historia de los Rockies pero ninguno está hoy; todos se fueron o terminaron, Helton, Holliday, Tulowitzki, Story, se fueron pero está Kris Bryant, llegó al parecer para quedarse y ser el elemento que canalice las aspiraciones de volver a tener un elenco contendor.

Para toda la vida

El dueño de los Rockies, Dick Monfort soltó la vida con el otrora MVP en 2016, el año cuando Bryant se erigió con líder indiscutible de aquella pléyade de jugadores valiosos de los Cachorros, Báez, Russell, Schwarber y ganaron la Serie Mundial; Monfort le ofreció 182 millones por siete años, uno de esos pactos que son para toda la vida y la ilusión parecía volver de a poco al Coors Field, siempre el centro de los acontecimientos.

Y fue así y la expectativa creció y con el arribo de Kris Bryant también los directivos buscaron opacar el impacto dejado por la ausencia de Nolan Arenado, también trajeron a un buen torpedero como Jose Iglesias en aras de solventar la partida de Trevor Story, retuvieron a Ryan McMahon, pero igual, más allá de esos movimientos, todos importantes, el centro siempre fue y es Kris Bryant.

Mal augurio

Pero el estelar jugador se comenzó a resentir problemas en la espalda y la situación ha topado un punto en donde de hasta este lunes de los 71 partidos disputados por los Rockies, Bryant solo ha visto acción en 17 y si su defensa ha estado a la altura, su bate ha permanecido frío, muy por debajo de lo esperado, al punto de que Bryant no tiene cuadrangular; con su regreso al juego este 27 de junio, las expectativas de un despertar ofensivo colman a los fanáticos y al conjunto en general.

Como sea, el impacto su ausencia fue tal que, tras su partida a la lista de lesionados, los Rockies pasaron de jugar por encima de 500 a estar 11 juegos por debajo de esa línea y estancados en el último lugar del oeste en el viejo circuito.

El momento para despertar

La gente lo que quiere es ver a Bryant batear, desbordarse como en 2016, o cuando en 2019 despachó 31 pelotas más allá de los límites del terreno, para repetir una dosis similar en la temporada anterior, con 25 vuelacercas entre Cachorros y Gigantes.

Y no se trata de que ha pegado pocos jonrones, no el tema es que, a estas alturas del campeonato, mientras buscamos la primera mitad de temporada, Kris Bryant está buscando su primer jonrón con los Rockies y eso nadie lo esperaba.

Todos lo quieren tener de vuelta pero también necesitan la mejor versión de Bryant, llegó para eso, para ser el hombre grande y cargar sobre sus espaldas las ilusiones de un elenco que quiere volver a soñar.