El veterano lanzador Justin Verlander es oficialmente un agente libre una vez más. Después del triunfo de sus Astros de Houston en la Serie Mundial 2022 de las Grandes Ligas ante los Phillies de Philadelphia decidió que lo mejor para él era visitar una vez más el mercado sin ningún tipo de ataduras, por lo que rechazó continuar en la novena texana a pesar de tener asegurados 25 millones de dólares para la campaña 2023.

Esto es lógico a pesar de sus avanzados 39 años, ya que por un lado se trata de un serpentinero cotizado que tiene en su haber 2 premios Cy Young (podría adjudicarse un tercero muy pronto), goza de buena salud y encima, ha visto cómo el mercado de los pitchers se ha disparado, ganando algunos más de 3 y 4 decenas de millones de dólares por una sola zafra.

Casi con total seguridad el diestro oriundo de Manakin Sabot, Virginia, conseguirá en los próximos días el acuerdo que está buscando, pero la gran interrogante es: ¿Con cuál club?, y como siempre ha ocurrido con los peloteros de su calibre, su nombre se vincula a los poderosos Yankees de Nueva York, pero ya él emitió su opinión al respecto.

No están a la altura

Ahora que no pertenece a ninguna organización, Verlander ha aprovechado sus alocuciones públicas para hablar sobre su futuro, pero también sobre su pasado. Al ser cuestionado sobre si hubo la posibilidad de que llegara a los Mulos del Bronx antes de volver a firmar con Houston para el campeonato de 2022, reveló lo siguiente:

“Houston estaba en la parte superior de la lista… Algunos otros equipos realmente comenzaron a mostrar mucho interés. Yo diría que el líder era probablemente Toronto (los Azulejos). En última instancia, cuando se llegó a eso, Houston tenía la misma oferta. Todo era una especie de disputa entre ellos y Toronto, y Nueva York (los Yankees) siempre estaba un paso atrás”.

Por otra parte, aseveró que no cree prudente firmar ahora con los Bombarderos debido al ambiente hostil que a veces experimentan los jugadores con una fanaticada tan emocional:

“Nueva York, particularmente el Bronx, no me conviene. No quiero fans que me abucheen. No quiero un equipo que haga análisis incómodos como ellos. Prefiero el estilo de la vieja escuela”.

De esta manera, el asunto parece quedar zanjado y algo queda más que claro: no veremos a Verlander vistiendo a rayas.