– ¡No es humano! – me digo, a los 40 años en cualquier deporte, se piensa en el retiro, pero él no, así, en ese estado forma, da la idea de poder estar dos o tres temporadas lanzando igual y el pensamiento me lleva en sucesivos flashazos hacia tres años atrás para después volver y entonces darle sentido a la historia.
Con casi 80 entradas lanzadas en esta temporada, que Justin Verlander sea el abridor del Juego de Estrellas por el equipo de la Liga Americana, no será algo ridículo ni menos casual, pues ahora mismo, así, con su brazo remendado y con los 40 años tocando a las puertas, es el mejor lanzador de todo el béisbol.
Al mirar sus números, más allá de sus 8 victorias y sus 78 ponches en 78 tramos, lo que más asombra es su efectividad de 1,94 y tal parece que los tres años de 2019 hasta acá, no han pasado, pues Verlander sigue siendo tan consistente como en esa temporada, cuando ganó el premio Cy Young.
Realidades
Verlander le confesó a ESPN que intentó volver a la acción, en septiembre pasado, justo un año después de su cirugía Tommy John, solamente par de entradas para ver como se sentía, pero la gerencia tomo precaución, los Astros habían llegado a la postemporada sin él y así seguirían.
Casi ocho meses después, las sensaciones a comienzos de marzo, fueron geniales, el propio Verlander no lo creía, estaba soltando 95 millas y la perspectiva era igual a aquella, quince años atrás, en el momento de su debut con los Tigres de Detroit, cuando caminaba los partidos con 98 y 99 millas en su bola rápida.
La hoja de servicios
La carrera del veterano ha sido de éxito, tuvo momentos como el de esa Serie Mundial contra los Gigantes de San Francisco y esos jonrones de Pablo Sandoval, todos pensaron que ese era su instante consagratorio, solo le restaba el anillo, tenía equipo para ello, Miguel Cabrera, Austin Jackson, Carlos Guillén, Desmond Young, el mismo Max Scherzer, Aníbal Sánchez, pero no, no pudo ser entonces y Verlander tuvo que esperar cinco años, ya con otra casaca.
Hubiera sido en el 2017 o en el 2018, quizás en ese año 2019, cuando el Cy Young, pero Justin Verlander debía tener su anillo y lo tuvo y fue el colofón perfecto, ya se podía haber retirado, pero no, siguió y tuvo buenas temporadas en esos tres años hasta su salida a comienzos de mayo… su codo no podía más.
Las confesiones de un ganador
Verlander contó que muchos le dijeron que ya, que había estado bien, que a su edad podía terminar y cerrar así, con el máximo galardón, por la puerta de los ganadores pero no, sabía que podía dar más, es un tipo obsesivo con el juego y al hablar respecto a esta pausa de casi dos años, confiesa siente ganas de llorar pero no, siempre termina sacando esa casta de tipo duro, medio cascarrabias y piensa en la suerte que ha tenido, por eso siente que está vivo encima del box.
Solo un fuera de serie como Jamie Moyer hizo algo similar a Verlander, volver al diamante con más de 40 años y lanzar, pero Moyer, una especie de tótem de aquellos Philies campeones en 2008, rara vez pasaba las 80 millas por hora, hoy Verlander logra fijar las 95 millas, mantiene poderosa su curva y sus demás rompientes, es un autentico caballo de guerra y todos disfrutamos eso.
Ahora mismo, pensando apuntando a las 250 victorias, tiempo después de ese día cuando hasta el mismo Verlander pensaba que llegaba el final, todos en el Minuted Maid Park y más allá, sueñan de nuevo con el Clásico de Otoño y entonces allí, antes del final, seguro Justin Verlander mirara atrás como en una película y subirá a la lomita buscando el milagro.