El dominicano Julio Rodríguez ha tenido uno de los mayores contingentes de medios en el All-Star. No es frecuente ver a un jugador de los Marineros superar a los jugadores de los Yankees en estos eventos, pero ha sido así la mayor parte del tiempo.

Es joven, carismático, bien hablado y está a punto de convertirse en una verdadera superestrella. Esta es la primera vez que los medios nacionales de EE. UU. han tenido la oportunidad de hablar con él y se enamoraron de él tal como lo han hecho los fanáticos de los Marineros. Proyecta ser de las caras de la MLB en el futuro.

Ken Griffey Jr. Se dejó ver inclinado hacia adelante desde el borde de un sofá blanco cubierto con almohadas de color rosa intenso, empapado en sudor, con una cámara en las manos. Vestido con un polo de dri-fit, el jugador de béisbol más icónico de una generación tenía el ojo izquierdo cerrado con fuerza, el ojo derecho presionado contra el visor de la cámara, con su atención completamente enfocada en el sujeto siendo capturado por su lente: Julio Rodríguez. 

Junior, el mejor bateador de Home Run Derby de todos los tiempos, estuvo en un asiento de primera fila para ver a una nueva superestrella del deporte.

Sí, Juan Soto, es una joven superestrella del béisbol por derecho propio, en realidad ganó propiamente el evento, superando a Rodríguez en la final en un marcador de 19 a 18. Aún así, la noche fue todo acerca de Rodríguez.

El Derby es una exhibición cuyo ganador no siempre es un recuerdo perdurable, o lo que más se recuerde. Pete Alonso ganó el concurso de 2019 en Cleveland, pero la magnífica exhibición del novato Vladimir Guerrero Jr. fue el titular.

Como el primer bateador del evento, el All-Star de los Marineros, podría haberse marchitado en el despiadado calor de este pleno verano, pero en lugar de eso, floreció. Rodríguez envió 32 jonrones a lo profundo; un total que se ubicó como el cuarto mayor número de jonrones en una sola ronda en la historia del evento.

Corey Seager, el ex Dodger que actuó como el favorito del público local, no fue rival para la poderosa exhibición de Rodríguez, a pesar de una impresionante primera ronda de 24 cuadrangulares.

El oponente semifinal de Rodríguez fue, en verdad, el más temido: Pete Alonso, el ganador de los dos Home Run Derbies anteriores.

Ha quedado claro desde hace algún tiempo que Alonso se preocupa profunda y genuinamente por su papel como “The Derby Guy”.

Cuando se mostró a Alonso en la transmisión haciendo levantamiento de pesas y respirando profundamente antes de su enfrentamiento de semifinales con Rodríguez, solo cristalizó aún más el amor tonto pero entrañable del Met por esta exhibición.

Alonso, que llegó como gran favorito, buscaba unirse a Griffey como los únicos jugadores en ganar tres Derbies y el primero en ganar tres seguidos. Es apropiado entonces que Griffey se sentara a metros de distancia mientras Rodríguez mataba al dragón.

Mientras Alonso inhalaba y exhalaba en la jaula de bateo subterránea, J-Rod continuó con su excelencia desde el primer round lanzando 31 jonrones más, el quinto total más alto en un solo round en la historia del Derby.

J-Rod puso de pie a la multitud de Los Ángeles, una multitud llena en su mayoría de fanáticos que nunca habían visto a la joven estrella en persona.

Cuando quedó claro a la mitad de la ronda que Alonso probablemente no alcanzaría la impresionante marca de Rodríguez, la multitud se quedó en silencio por la tensión, algo atónita. Alonso nunca había perdido un Derby antes, y fue bastante impactante ver al impenetrable Oso Polar tambalearse en un escenario que había dominado con tanta facilidad.

Cuando el golpe final le fue dado a Pete Alonso, el fornido primera base se encogió de hombros juguetonamente ante la cámara mientras el joven y exuberante Julio Rodríguez saltaba hacia él para abrazarlo con respeto.

En la final, Rodríguez pareció quedarse sin combustible, no pudo conectar varios jonrones a más de 440 pies y, por lo tanto, se perdió la bonificación de tiempo extra. Esa resultó ser la diferencia, ya que Soto usó sus 30 segundos adicionales para superar los 18 jonrones de J-Rod y capturar la corona.

Pero la noche fue de Julio. Así es como debe y será recordado este derbi. Como la ascensión de una nueva estrella imparable, con un futuro brillante como el Sol.

Tal vez sea demasiado prematuro para comparar al dominicano de 21 años con Griffey. Muchas estrellas jóvenes han brillado breve antes de no estar a la altura de las expectativas poco realistas que se le han impuesto.

Pero hay algo innegable diferente en Rodríguez, una especie de energía mágica que emana que inspira confianza, disipa dudas y hace que lo imposible parezca posible.

Bueno, si no sabías su nombre antes, ya lo haces ahora. Rodríguez tiene 21 años de edad, y ya parece estar en rápida  ascendencia en Seattle.

Incluso antes del espectáculo que montó en el Derby, registró .275 / .337 / .477 con 16 jonrones y 21 robos en la primera mitad de su temporada de novato.

Tuvo la mayoría de los jonrones en la primera ronda (32) y nuevamente en la semis (31) antes de caer por solo un cuadrangular ante Soto en la final. El niño tiene un poder prodigioso. Pinta que volverá a ganar esto algún día.

Fue una noche maravillosa. Y para Julio, es solo el comienzo.