Jugando con todo el sabor del deporte, una de las verdaderas cosas que se destacan siempre para bien son los estacazos que pueden pegar los peloteros y más aún cuando tienen una racha tan baja con el madero, sin embargo, el darse este tipo de acontecimientos les otorga un envión anímico increíble que hace que quieran ser mejores cada día tanto a nivel defensivo como ofensivo con toda la posibilidad de seguir creciendo y quién sabe si teniendo la oportunidad de salir a una divisa más competitiva.

Nunca está de más darle sabor a lo propio y el día de ayer otro de los nuestros se encargó de saber lo que es un poder inmenso. Pues sí, el jugador de los Marineros de Seattle, Julio Rodríguez tomó el poder con el Mangú y sacó la casta por la divisa de los Marineros. El batazo fue para colocar un 3-0 en el marcador cuando los suyos se enfrentaban en contra de los Atléticos de Oakland.

El encuentro se vio fijado por un batazo con las siguientes características: una velocidad de 103.8 millas por hora a la hora de encarar el golpe con el madero, ángulo total de 27 grados de salida de la bola y también una distancia proyectada de 376 pies. Sin duda alguna un estacazo magnánimo para lo que significa una verdadera lucha de titanes entre los que podemos destacar como grandes en el mejor béisbol del mundo.

Ahora bien, esto también ha dado increíble momento en lo que significa una escalada anímica, pues se notó la manera del vacilarse el cuadrangular de una forma bastante grande. Se sabe que el alarido de parte de Julio Rodríguez no iba a ser menos, sin embargo hay un detalle más que delicado y es que “el perreo” del juego tiene que ser más que comedido.

Los perreos del béisbol.

Si bien es verdad que existe la alegría en hacer las cosas para tu equipo, debes tomar las previsiones necesarias para tener ciertos detalles dentro del partido. El rival en este particular puede sentir que le estás faltando el respeto de una manera increíble y de hecho, puede darse el caso de que hayan discusiones en el encuentro y que a su vez se vacíen las bancas.

No sería la primera vez ya que ha sucedido con varios peloteros en el deporte de las mayores y tampoco solo con bateadores sino con lanzadores que se mantienen crecidos en el montículo, por razones, los que entran a la caja de bateo podrían sentir un abuso en su contra y es totalmente entendible.

Podremos decir que, si es un deportista comedido, es un verdadero caballero y demás, deberá saber celebrar con cautela para evitar caer en provocaciones de pelea o siquiera una expulsión que pueda ser peligrosa para su equipo