Los Yankees de Nueva York tuvieron un 2022 lleno de muchas ilusiones que al final acabaron rotas. En Aaron Judge vieron un pilar sobre el cual erigir una historia que prometía el final de la sequía de Series Mundiales, pero ni siquiera el gran desempeño del jardinero que lleva en su espalda el número 99 fue suficiente. Aun así, hay aspectos rescatables en esta temporada que significó para ellos el décimo tercer ciclo sin alcanzar la gloria máxima.

Uno de esos puntos positivos fue sin duda la inclusión en el día a día de José Treviño, un catcher que contra todo pronóstico rindió por encima de lo que cualquiera hubiera creído. De hecho, llegó al club para ser el suplente de Kyle Higashioka y acabó no solo quitándole el puesto, sino también siendo vitoreado por aficionados y especialistas.

Prueba de ello es su llamado al Juego de las Estrellas y por supuesto, también el Guante de Oro que ganó. Sin embargo, la historia no acaba allí, ya que también obtuvo el premio Guante de Platino que lo acredita como el mejor defensor de todo el juego en la Liga Americana.

Ante todas estas pruebas del buen nivel mostrado por el oriundo de Corpus Christi, Texas, no queda más que recordar al exyankista Gary Sánchez y darse cuenta de que en su ausencia, todavía pueden lloverle palos por parte de los fanáticos que, en su día, presionaron y prácticamente obligaron su salida.

Comparación lapidaria

Poner frente a frente la defensa de Treviño y El Kraken, es sacrificar de entrada al dominicano. Mientras que el hoy receptor de los Mulos del Bronx es de lo mejor que hay con una mascota en la izquierda, el estar detrás del plato siempre fue el talón de Aquiles del capitaleño.

Ahora, si la disputa se va al campo ofensivo, puede que la cosa esté un poco más equilibrada, pero continúa prevaleciendo Treviño. Mientras que en 335 turnos el estadounidense bateó una línea de .248/.283/.388, la de Gary fue de .205/.282/.377 en 419 visitas legales al plato.

Por otra parte, la carta de presentación de The Sanchize, el jonrón, tampoco puede salvarle en esta ocasión. Es cierto que conectó 16, es decir, 5 más que Trevi, pero si nos vamos a la relación entre los cuadrangulares y los turnos al bate nos daremos cuenta de que el de Quisqueya se fue para la calle 1 vez cada 26 turnos y el del uniforme a rayas 1 vez cada 30. La diferencia es muy pequeña para afirmar que esto puede llegar a justificar un mejor rendimiento de poder del hombre de los Mellizos de Minnesota.

En cuanto a la producción de carreras, vemos una superioridad de Sánchez con 61 rayitas empujadas sobre 43 de su sucesor en la Gran Manzana; de nuevo, una distancia demasiado estrecha para decir que valía más la pena para los Yankees conservar a su antiguo catcher.

No hay que engañarse

Con estadísticas en mano, no hay excusa que valga. La llegada de José Treviño a Nueva York puso aún más en evidencia el lastre en que se había convertido Gary en los últimos tiempos para la novena más ganadora en la historia del béisbol.