La popularidad de José Ramírez en Cleveland a día de hoy es indiscutible. Es por lejos el pelotero insignia de la franquicia de los Guardianes y cada día refrenda esa condición con magníficas actuaciones sobre el terreno. Sin embargo, las comparaciones son odiosas y siempre llegan, motivo por el cual nunca falta quien recuerde los inicios de Manny Ramírez con el uniforme de los Indios (hoy llamados Guardianes).

Si bien es cierto que ya José logró superar en tiempo de juego con la casaca del cuadro de Ohio a Man-Ram (esta es su décima campaña, el ex de los Red Sox estuvo 8), hay quien cree que el hombre que ganó par de anillos de Serie Mundial con los Medias Rojas fue más significativo que él en ese estado.

La verdad es que hay razones de peso para creerlo, pero que podríamos derribar con argumentos que van más allá de lo deportivo, que es donde verdaderamente se puede notar y dimensionar la grandeza de la carrera aún en curso de Enriquito.

Los números frente a frente

En 8 zafras jugando para Cleveland, el Ramírez mayor dejó una línea ofensiva de .313/.407/.592, con 236 jonrones, 237 dobletes, 804 carreras empujadas y 665 anotadas. Hilvanó 1086 imparables en 967 juegos disputados y su OPS fue de .998.

Por su parte, luego de 9 años y poco más, La Para posee un hilo de bateo de .279/.356/.507, acompañado de 176 vuelacercas, 256 tubeyes, 592 rayitas remolcadas y 637 anotaciones, así como también un OPS de .863 y 1037 hits en 1026 compromisos jugados.

Evidentemente, las estadísticas de Manny son mejores, pero es aquí donde comienzan a entrar en la discusión los argumentos que le dan cuerpo al debate y lo enriquecen.

Distintas épocas

Si se miran los números sin tomar en cuenta el contexto histórico, se comete un grave error. Mientras Manny jugó en la época de los 90’s, la cual está históricamente catalogada como el momento de los bateadores, a José le ha ocurrido todo lo contrario.

Hoy en día es mucho más difícil batear debido a la gran cantidad de estudios y análisis aplicados al rey de los deportes. Además, hay que sumarle el tema de los shift defensivos, formación que seguramente le habrá frustrado más de un buen batazo al hoy utility de los Guardians. Se podría decir que esta es la época de los lanzadores y de la defensa, por lo que tampoco es que sea abrumadora la diferencia entre la ofensiva de uno y otro.

Jugador franquicia

Aunque el de Santo Domingo brilló con los Indios, jamás fue el ícono del club tal y como lo es el nacido en Baní. En su momento, Manny convivió con toleteros de igual o más categoría que él para ese entonces: Jim Thome, Albert Belle, Kenny Lofton, Roberto Alomar, Omar Vizquel y Sandy Alomar Jr. por nombrar algunos.

Hoy por hoy, nadie es más grande que José Ramírez en la Tribu, él es la piedra angular de la franquicia, el pilar fundamental, algo que jamás logró ser su paisano.

Amor por los colores

En este punto se rompe todo. Mientras Manny Ramírez se fue detrás de una fortuna económica a Boston, José Ramírez decidió ignorar lo monetario y quedarse en el conjunto de sus amores, aun a sabiendas de que pudo haber sacado mayores dividendos yendo a otro lugar.

Esta acción, probablemente sea recordada para siempre por los fans de los Guardianes, los cuales seguramente también le agradecerán el haber respetado el juego y no haber utilizado sustancias para mejorar su rendimiento tal y como lo hizo en su momento su paisano.

Sin lugar a dudas, en Cleveland solo hay un rey, y su nombre es José Enrique.