Cuando un equipo le da a un pelotero la responsabilidad de llevarlos hasta la cima algo quiere decir.  Ese jugador se verá forzado a realizar tareas más allá de las normales. Fuera del terreno deberá ser ejemplo y en cl clubhouse tendrá siempre que ser el que mejor se comporto.  Esto lo sabe José Ramírez.

El tercera base de los Indios de Cleveland ha sido decisor en este año “mágico” de los Guardianes.  Al comienzo de temporada los pronósticos eran para los patiblancos o los Mellizos, pocos pensaban que la tribu entraría en contienda.  Más sabiendo que el equipo está en reconstrucción.

 

“En realidad estamos en una reconstrucción, pero  ves un poco diferente cuando tienes jugadores muy talentosos que saben cómo jugar y saben cómo jugar de la manera correcta”, dijo Ramírez al periodista Paul Hoynes, a través del intérprete Agustín Rivero.

Pero la reconstrucción de Cleveland ha sido basado en talento productor de sus granjas. Han sido capaces de desarrollar jugadores como  Steven Kwan, Triston McKenzie, James Karinchak, Nick Sandlin, Oscar Gonzalez, Will Benson, Tyler Freeman, Ernie Clement y Richie Palacios.

A esto debemos agregarles una rotación joven, liderada por Shane Bieber, miembro de la clase del draft de 2016 junto con Aaron Civale y Zach Plesac.  Mezcle un hallazgo de la Regla 5 en Trevor Stephan y algunos intercambios embriagadores que produjeron Cal Quantrill, Andres Gimenez, Amed Rosario, Josh Naylor, Austin Hedges y Myles Straw.  Agregue uno o dos agentes libres en Bryan Shaw y Luke Maile y obtendrá un año de reconstrucción y un equipo como pocos.

El dominicano da el ejemplo dentro y fuera del terreno. (Foto: Cleveland.com)

Y de ese grupo Ramírez es el líder, el veterano.  Llegó a los Indios en 2013 y no ha parado de rendir desde allí. Por eso su contrato de siete temporadas y 141 millones de dólares.  Porque él es el líder, el caballo, el mejor de todos.

“Es divertido verlos (jugar así)”, dijo Ramírez. “Sé que esto es lo que estamos haciendo, pero vamos a seguir haciéndolo y mientras sigamos jugando a nuestra manera, será divertido verlo.

Y muy divertido es también verlo conectar jonrones por doquier.  Este año suma ya 27 cuadrangulares y traspasó las barreras de las 100 remolcadas.  Su línea ofensiva refleja .277/.355/.519. Además, es líder en la Liga Americana en dobles con 42 y su OPS+ es de 148.

Ahora lo más importante es enseñar con el ejemplo. De allí su valor como activo del equipo, más que como pelotero.

“Creo que todo se reduce al talento.  Son buenos jugadores, saben cómo jugar el juego y se les ha enseñado cómo jugar el juego de la manera correcta. Eso es lo que les ayuda a jugar de esta manera”.

Para algunos de los jóvenes como Freeman, Ramírez es un maestro.  “Es el mejor pelotero del beisbol”, sentencia el compañero de equipo del dominicano.

El año de los Guardianes ha sido fructífero. Redujeron, este jueves, su número mágico a cinco y están a las puertas, una vez más. de la postemporada.  “Estoy muy contento con lo que ha pasado, no solo conmigo sino con el equipo”, dijo.  “Estoy muy emocionado y súper agradecido con la organización por la oportunidad de estar aquí. Pero tenemos que seguir adelante.  Estoy feliz por lo que hacemos aquí y muy emocionado por lo que sigue para nosotros”.

Y no es para menos,  Ramírez se retirará con Cleveland y pasará a ser una de las leyendas del club… Y quizá otro de sus miembros en Cooperstown.