A estas alturas, los buenos contactos de Joey Gallo en sus últimos partidos, no son más que un mero espejismo para los ojos de los aficionados, pues en toda la línea, el jardinero no ha cumplido ni un ápice las expectativas cifradas sobre su figura en el universo de los Yankees de Nueva York.

Su average de 174 y su slugging de 394 explican de modo contundente lo que ha sido Joey Gallo en Nueva York desde que se vistió con el uniforme a rayas de los Bombarderos del Bronx; realmente hablamos de algo bien malo que al mirar en profundidad puede tener otros matices, con más veras si tenemos en cuenta que Aaron Boone sigue empecinado en buscar un despertar de Gallo en medio de la incertidumbre reinante respecto a la figura del slugger.

Un fiasco en toda la extensión

Gallo no ha sido malo, ha sido malísimo y en buena medida, la connotación de su mal trabajo no se ha notado tanto debido a que los Yankees están ganando, pero todos saben y hasta el propio Gallo está consciente de su condición.

Hace casi un año, justo en la fecha límites de cambios, Joey Gallo llegó a Nueva York junto con Joely Rodríguez a cambio de los prospectos, Glenn Otto, Ezequiel Durán, Josh Smith Trevor Hauver.

Adentrándonos en el impacto que han tenido estos jugadores en cada escuadra podremos tener una perspectiva mucho más amplia del significado respecto al canje de Joey Gallo.

De ganadores y otras historias

El primero en ver acción con los Vigilantes en Las Mayores fue Glenn Otto, quien sufrió seis derrotas y permitió 24 carreras en 23,1 tramos de actuación en la recta final de la campaña anterior.

En el caso de Josh Smith, fue subido a Grandes Ligas en el fin de semana donde se conmemoró el Dia de los Caídos este año y tras un comienzo explosivo, al batear de 4-3 frente a los Rays de Tampa, logró acomodarse para producir 5 hits en 12 turnos antes de ir a la lista de lesionados.

El show de Ezequiel Durán

Si alguien se ha robado el show, es Ezequiel Duran, quien fue subido a comienzos de junio y en 53 apariciones, batea para 308, con seis extrabases, mostrándose como un claro referente para la franquicia tejana de cara al futuro.

Por último, Trevor Hauver, selección de tercera ronda en 2020, siempre se ha mantenido entre clase A y doble A, compilando 233 de average y más de 400 de OBP, pero sin muestras evidentes que avizoren un cercano ascenso a un nivel superior, menos al equipo grande.

La otra cara

Volviendo a los Yankees, tenemos que Joely Rodríguez fue canjeado por Miguel Castro a los Mets de Nueva York y el aporte de este último, como refuerzo en el bullpen de los Yankees ha sido clave en función de solventar ausencias importantes como las de Chad Green, Jonathan Loáisiga y Aroldis Chapman, registrando una efectividad de 3,60.

Hablar de ganadores, pues de un modo u otro, menos con Gallo, se han visto resultados positivos en los demás peloteros y también el tiempo demuestra no es suficiente para lanzarse con certeza y emitir un criterio rotundo.

El foco de atención

Como sea, el centro de todo ese amplio movimiento, fue Joey Gallo y la paciencia se agota, la gente quiere ver resultados palpables, jonrones sobre todo, pues para eso llegó y en aquel entonces hablaban de correr más la cerca del jardín derecho en Yankee Stadium pues Gallo se iba a dar banquete siendo un bateador que conecta para su mano, pero no, ni fiesta, ni banquete y pocos jonrones para el gusto de los entendidos, además de esa cantidad exorbitante de ponches que lo hace deslucir un mundo cada vez que termina el swing.

Más allá de ganar o perder se trata de un hombre que parecía encajar en el equipo, respaldado por batazos enormes en su etapa con los Vigilantes de Texas pero nada de eso, solo brumas y sueños rotos, Joey Gallo jamás se ha encontrado.

¿Qué pasará ?, eso solo lo saben Boone y Cashman, nosotros, los simples mortales, como siempre debemos esperar.